HUESCA | Lejos quedan ya aquellos ‘bocadillos de cemento’ que tanto gustaban de anunciar algunos por redes sociales. También quedarán guardados por unos días los que proclaman que el Huesca juega a que no pase nada. Doy por casi perdidos a los que no saben a qué juega el Huesca últimamente, aunque confío en que sean recuperables para la causa. Nubarrones mentales tenemos todos, interprétese con cariño por favor.
Y es que no hay que esconder que el Huesca jugó horrible en Gijón, y que después de hacer lo más difícil en Ibiza que era remontar, no se supo leer el partido y el Ibiza le pasó por encima. Pero no es menos cierto que ante el Mirandés se vieron atisbos de mejoría y claridad en el juego, continuaron ante el Granada aunque el resultado lo afeó un poco, y frente al Levante, un claro candidato al ascenso que llevaba 20 partidos sin perder y que en Huesca no pudo superar ese récord histórico, se marcó un partido redondo demostrando que se puede jugar bien al fútbol sin el abuso de la posesión, que se puede defender ordenado y tener ocasiones, y que los partidos pueden ganarse por más de un gol.
De postre, el Huesca se quitó el lastre de las jugadas a balón parado: tuvieron que pasar 126 córners para que el Huesca metiera un gol de cabeza, datos que con el corazón en la mano hay que decir que no son ni buenos ni normales en un equipo de Segunda División, y que no me extrañaría que entre el desacierto generalizado de todo el equipo a la hora de sacarlos, y la matraca del resto recordando el asunto, al equipo le generara cierta ansiedad.
Confluyeron muchas más cosas positivas frente a los granotas: decimocuarta puerta a cero de Andrés Fernández como máximo responsable, y del entramado defensivo, que también tendrá mérito digo yo. Vuelve a ser un dato escandalosamente extraordinario, si le sumas las 17 de la pasada temporada. Tardaremos tiempo en volver a ver estos datos seguramente, y quizá no sepamos valorarlos porque nuestra cabeza, ha estado a otras cosas estas dos últimas temporadas.
En el tono de notables actuaciones en el partido, en la que vuelven a sobresalir Andrés, Pulido y Obeng, me alegra especialmente el buen partido de Florian Miguel (no solo por el gol), y Óscar Sielva, que como el equipo está experimentando una gran mejoría y no vean como lo nota el equipo. Timor, otro de los que llamaba la atención por su desacertado rendimiento si se compara con las prestaciones de la pasada temporada, pareció volver a esa versión, y me alegra mucho que futbolistas que tienen que ser importantes en el equipo empiecen a coger buenas sensaciones y a aportar cosas positivas al equipo.
Déjenme rescatar otra cosa que quizá pueda pasar desapercibida, y es cómo se celebró el partido no sólo en la llegada al vestuario, sino desde la grada, con los no convocados por lesiones y sanciones siendo una piña desde la distancia. La unión hace mucho, muchísimo. Tener un equipo sólido en todas las facetas hace rendir mucho mejor y conjurarse para lo que viene, que ya saben ustedes lo que es. Algo en lo que el equipo está en deuda con la afición y seguramente con ellos mismos. Ojalá este partido redondo ante el Levante sirva como semilla para que germine el fruto muy pronto, pero no pasemos por alto el partido de Santander, que también cuenta para la clasificación y para esa cosecha que todos esperamos con tantas ganas.