A sus 17 años cumplidos el pasado 4 de febrero, Sergio del Barrio se expresa con una madurez labrada en el deporte. Nada es fruto de la casualidad, sí de la constancia. Habla con Sportaragon un martes después de haber cogido el AVE para correr una prueba en Sabadell. Tras los 3.000 metros -8’25”- regresó a Zaragoza con su entrenador, Fredi García Lajusticia. Al día siguiente a coger los libros de Primero de Bachillerato en Escuelas Pías. En su horizonte dibuja estudios superiores en alguna ingeniería.
Del Barrio sigue rompiendo moldes. Al récord de los 1.500 sumó hace un par de semanas el de los 1.000 en categoría Sub18. Sus 2’25″15 fueron tremendos. Por la marca y porque tachaba el mejor crono Sub 20, que firmó un ilustre del atletismo español, Teófilo Benito, con 2’26”40 y que estaba a las puertas de cumplir 40 años. Este zaragozano de ascendencia madrileña pronto se enganchó al atletismo. “Correr me gustaba desde muy pequeño. Un día llegué a la pista de atletismo del colegio Cristo Rey y le enseñé al entrenador mis trofeos. Me dijo: cuando tengas 5 años te vienes a entrenar y nada más cumplirlos me presenté en el entrenamiento“, recuerda.
Las carreras le atraían desde pequeño. En infantil probó de todo, pero en categoría cadete se orientó más hacia el atletismo. “Me considero polivalente; desde los 400 metros al cross. La distancia en la que más disfruto es en los 2.000 obstáculos“, señala. Fredi García Lajusticia es el entrenador del Alcampo-Scorpio 71, club al que Sergio se vinculó ya en categoría juvenil. De su técnico, destaca que lo sabe llevar bien. Maneja los tiempos, sabe cuando hay que divertirse y cuando hay que exigir. Forman un buen binomio.
Sergio y Sofía, sus padres, son los que le ponen los pies en el suelo. Por muchas medallas que Sergio lleve a casa, por muchos éxitos que coseche en pistas, siempre tiene detrás a sus padres para colaborar a que no salga del carril. Vamos, que son los que le dicen que se haga la cama y recoja los platos. Su padre sabe bien que es esto del deporte ya que es entrenador de baloncesto. Su hermano Álvaro, tres años mayor que Sergio, también está vinculado al deporte. Hizo el camino inverso. Empezó en el atletismo y acabó en el fútbol. Y es que Sergio, hace dos años, estuvo en las categorías inferiores del Real Zaragoza -era lateral derecho- aunque reconoce de forma abierta que es un “colchonero” empedernido.
Sergio asimila los éxitos con cierta naturalidad. La pasada temporada, dice, “viví en una montaña rusa”. Sin duda, tener malas experiencias, no conseguir el resultado deseado sirve para ir forjando su carácter. “Hasta el año pasado mi camino en el atletismo había sido muy bonito, un camino de flores, pero me di más que un golpe. Estaba arriba y un mes después abajo. Ahora ya sé que está muy bien lo de los récord, lo de ser campeón de España, pero que lo que cuenta es ir día a día y cuando se consigue algo hay que pensar en lo siguiente. Lo fácil es llegar, lo difícil mantenerse”, explica.
En su plan de entrenamientos semanal cuando no hay competición guarda un día de descanso. Lo que más me gusta de entrenar y lo reconoce de forma abierta es picarse en la última serie que comparte con atletas más mayores. Allí, directamente, la goza el atleta de Scorpio. “Y voy a muerte contra mi compañero. Allí no hay amigos”, dejando caer el gen competitivo. Son series de 1.000 y cuando es en pista cubierta de 500.
Sergio del Barrio está enganchado al atletismo de los más grandes. Busca en Youtube las proezas de Cacho, Abascal, Estevez o El Guerrouj y también las suyas para pulir los fallos. Fuera del atletismo y los estudios, cuando se le pregunta por la forma de evadirse guarda durante unos segundos la respuesta y suelta que “es salir con los amigos”. Eso sí, subraya que es “es difícil no pensar en el atletismo, porque estoy dedicándome mi vida a eso“. A sus 17 años tiene muy claro lo que quiere hacer y cómo lo quiere hacer. “La verdad es que el año pasado solo salí una noche en ‘Pilares’. La verdad es que llego tan cansado, que no me apetece salir”, confiesa.
Para la competición se refugia en música motivadora y tiene algunas manías relacionadas con el dorsal y con llevar las zapatillas igual de apretadas para lo que suele emplear más de un minuto en conseguirlo. Adidas le apoya en material gracias a Julia García, su manager y el futuro lo dibuja con un objetivo claro más allá de ser olímpico. En el horizonte más próximo ser este verano campeón de Europa de 2.000 obstáculos sub-18.