Contrariado se mostraba el técnico de Casademont Zaragoza, Sergio Hernández, tras la derrota de su equipo en Santiago. Un 102-91, que llegó a ser mucho más amplio. Las causas, a su criterio, son claras. Y es que los rojillos no fueron lo que quisieron ser. “Se aprovecharon de nuestra debilidad defensiva y desconcentración”, resume.
El entrenador argentino no le quita méritos al conjunto gallego. Al contrario, destaca que “jugaron muy bien al basket”. Pese a que “perder está dentro de las posibilidades”, lo que más le ha molestado al Oveja ha sido “perder la línea”. “Tendríamos que ganar o perder con lo nuestro”, sintetiza.
El orgullo para no venirse abajo
En cuanto a la lectura positiva, Hernández se queda con un hecho. Y es la reacción del equipo en el último cuarto para evitar un resultado de escándalo. Una reacción propia de un equipo “con orgullo” y que “quiere competir hasta el último momento”.