Por desgracia, la provincia de Huesca no estará representada en la próxima edición de La Vuelta tal y como por ejemplo sucedía hace un año cuando Jorge Arcas, el serrablés de Movistar, debutaba en la gran vuelta española en una crono por equipos de infausto recuerdo por la caída sufrida en las calles de la ciudad francesa de Nimes, lo cual le impidió rendir al nivel esperado, y que más tarde en la duodécima etapa, le obligaba a abandonar por los fuertes dolores que sufría especialmente en una de sus muñecas.
Los Movistar, casos distintos
El caso de los dos Movistar es distinto. Mientras que por un lado estaba descartada la presencia de Jaime Castrillo, ya que sus 22 años y a ser este el año de su debut hacían casi imposible su presencia, hay que añadir que se encuentra con la selección española en Francia disputando el Tour del Porvenir que finalizará este domingo. Jaime es una apuesta de futuro y en Movistar cuecen a estos ciclistas a fuego lento, por lo que habrá que esperar alguna temporada más a verlo en una grande.
Otro caso bien distinto es el de Jorge Arcas. Tras su agridulce experiencia del año pasado, el de Sabiñánigo estaba en las quinielas de muchos para repetir presencia en La Vuelta. No será así. Pese a ofrecer ya a sus 26 años una buena mezcla entre rendimiento y experiencia, pese a estar en un buen momento de forma, pese a ser uno de los gregarios de la máxima confianza dentro del equipo, pese a todo ello, Arcas no estará en Málaga el próximo sábado.
No es egoísmo provinciano, ni una reivindicación a ciegas, simplemente es advertir a Movistar de un error y, de al mismo tiempo, una injusticia hacia su fiel gregario altoaragonés, algo que también se podría decir de otros olvidados por Unzue, como el alemán Jasha Sütterlin, un caso similar al de Jorge. El hecho es que Movistar le ha dado la espalda a sus jóvenes a la hora de confeccionar el equipo, esos jóvenes que en teoría deberían ser la base sobre la que se sostenga el equipo en próximas temporadas. Como tirarse piedras contra su propio tejado.
A esto hay que añadir la obsesiva fijación de Telefónica hacia el mercado latinoamericano. El ciclismo es publicidad, es estrategia comercial de unos patrocinadores que ponen su dinero esperando como retorno un beneficio económico, pero de ahí a presentar sólo dos españoles (Valverde y Erviti) en un equipo plagado de ciclistas llegados del otro lado del Atlántico va un trecho. De haber estado Mikel Landa en condiciones físicas óptimas, hubiera elevado a tres la nómina de españoles, en detrimento del joven ecuatoriano Richard Carapaz, una de las sensaciones del pasado Giro, pero apenas nada hubiera cambiado en el análisis de una escuadra que hubiera caído en los mismos errores que le llevaron a hacer una discreta actuación en el pasado Tour de Francia con su ya famosa tricefalia.
Por último, también chirría la presencia de un veterano como Daniele Bennati. Gran ciclista en su día pero venido a menos en las últimas temporadas, con una hoja de servicios en Movistar bastante pobre y que parece estar metido con calzador. Ese tal vez era el hueco a ocupar por Arcas o por Sütterlin, unos ciclistas que cuando La Vuelta eche a rodar estarán compitiendo en otra vuelta, la de Alemania.
Se podría hablar largo y tendido sobre Movistar, da para varios e interesantes capítulos, pero ahora no viene a cuento. Hoy sólo tocaba reivindicar la figura de sus jóvenes, en especial para nosotros la de Jorge Arcas, de cara a una Vuelta que desgraciadamente sólo podrán seguirla por televisión como todos nosotros.
Los Euskadi-Murias con el horizonte del 2019
Así como el caso de Arcas y Castrillo había que tratarlo individualmente, a Sergio Samitier y Fernando Barceló, que está también en el Tour del Porvenir junto a Castrillo, los podemos meter en el mismo saco. Será más rápido. En este mes de agosto, más concretamente al término de la Volta a Portugal, el manager de Euskadi-Murias, Jon Odriozola, elogiaba las actuaciones de sus dos pupilos oscenses en la que hasta ahora ha sido la competición en la que han acumulado más días seguidos, y los señalaba como parte importante para grandes vueltas en el 2019.
Son jóvenes que están en pleno proceso de formación, adaptándose a los terribles ritmos de competición que se dan en el campo profesional. En un año habrán ganado en todos los aspectos y desde el conjunto vasco seguramente se apueste por ellos, ya que además hay depositadas grandes esperanzas en los dos ciclistas altoaragoneses.