ZARAGOZA | El Real Zaragoza se medirá al Andorra (16:15, La Romareda) en un partido que tuvo que proyectarse dos veces, que fue noticia por la nieve y hoy lo será por el fútbol. La Liga se empeñó en jugar a toda costa un duelo que no podía disputarse bajo ningún concepto. La intención ponía en riesgo la seguridad de los aficionados y la salud de los futbolistas. Si la tarde estuvo llena de inquietud, la resolución definitiva se aplazó hasta la 1 de la madrugada, en una respuesta que enseña que al fútbol español le faltan planes extraordinarios para días como el de ayer. Las puertas de La Romareda se volverán a abrir y se espera que las gradas se llenen, en busca de una victoria que cambie la dinámica.
Si la jornada quedará para la memoria de todos, solo un triunfo lo haría verdaderamente especial. Los planes de Julio Velázquez no podrán variar en exceso, porque de todas las cosas que pasaron ayer, casi ninguna tuvo que ver con el juego. Se especula con la posibilidad de un cambio de sistema y la idea será crear un contexto ideal para Maikel Mesa, el futbolista más determinante del grupo. Le acompañará Mollejo e Iván Azón recuperará un lugar en el partido. En la media, se sigue esperando a Marc Aguado, tímido hasta la fecha, quizá demasiado consciente de que no está siendo el jugador que se esperaba que fuera. A su lado, también Toni Moya tiene que dar varios pasos en el frente. Mientras, Francho Serrano tiene un puesto asegurado, en la única pista declarada por su técnico.
El Andorra se articula a través de la posesión, pero los resultados le han dado la espalda hasta ahora. Tampoco el Zaragoza puede presumir de nada: con una victoria en los últimos 13 partidos y dos triunfos en los últimos 17. Si quiere mantener la fe en su proyecto, debe mostrar fiabilidad en el césped y recuperar una Romareda que siempre tiene que ser la llave de sus éxitos.
Se espera un duelo distinto, marcado por las disputas y el balón dividido. Y es precisamente en ese terreno, en el de la tensión competitiva y la activación, donde el Real Zaragoza tiene que empezar a ganar el partido. Las puertas se abrirán en unas horas y el Real Zaragoza quiere un triunfo que le dé consistencia y brillo al regreso de la competición, fe a su segunda vuelta. Lo buscará en un duelo lleno de condicionantes, que se lleva jugando en la sombra desde ayer. Hoy habrá fútbol donde ayer hubo incertidumbre. Sol donde ayer hubo nieve.