ZARAGOZA | El Real Zaragoza volvió de Santander con otra derrota y suma 9 encuentros sin vencer, dos triunfos en los últimos 21 partidos. El empate del Eldense ante el Burgos acercó las distancias del descenso a un solo punto. Y el Zaragoza debe agradecerle a Cantero y sus paradas no haber dormido en descenso en el final de la jornada. Con la derrota ya consumada, en la grada del Sardinero se vivieron imágenes conmovedoras, difíciles de olvidar. El córner zaragocista cantó el himno a capela, animó a los suyos, como si el partido del próximo domingo se pudiera empezar a jugar.
La afición del Real Zaragoza ha entendido que son una parte esencial de este relato. Con ellos será difícil salvarse. Sin ellos sería imposible. Y ningún aficionado se olvida de una frase que acompaña a este club desde siempre: “Quiéreme cuando menos lo merezca porque será cuando más lo necesite”. La llegada de Gabi no ha tenido un efecto inmediato sobre el marcador, pero ha servido para reunir a la hinchada, para pacificar el ambiente. Y el comportamiento de la grada, que siempre fue 12 años y 12 veces ejemplar, está siendo tan impresionante como desgarrador.
Al margen del final y de esas 700 personas que apoyaron de un modo incondicional a su equipo, otra imagen quedará en la retina de todo el mundo. La captaron los fotógrafos de La Liga, en los instantes previos al encuentro. En un mar de bufandas cántabras, un aficionado del Real Zaragoza alzó la suya y sus colores. En esa postal había una esencia mayor que en todas las campañas de marketing de los últimos meses, plagadas de frases huecas. Esa fotografía reunía sentimiento y rebeldía. El orgullo del que se siente más de su equipo que nunca, sin importar las circunstancias. Y había una promesa: ese aficionado piensa quedarse, también si se cumplen los peores pronósticos.
El Zaragoza cierra un mes de marzo en el que solo ha sumado dos puntos, los mismos que alcanzó en febrero. El mes de abril parece hoy el más importante de la historia del Real Zaragoza, con tres citas en La Romareda. En pleno estado de alarma, el Real Zaragoza recurre a sus símbolos para creer en la salvación. Con Gabi Fernández en el banquillo y una frase de Alberto Zapater siempre en el recuerdo. Si el Zaragoza será lo que quiera su gente, la afición parece consciente de que solo ella puede salvar a este Zaragoza.