HUESCA | Antonio Hidalgo es más que un entrenador para el Huesca, es su líder. El gran ejemplo ha estado en el día que ha soplado las velas en su 46 cumpleaños. Por segundo año, sus jugadores le querían sorprender con una tarta, unas velas encendidas y viendo como toda la plantilla le cantaba la canción previa a sus palabras. Este año fue más emotivo que nunca en su discurso: “Hoy me escribía mi hijo pequeño y me decía que ojalá pudiera pasar más tiempo con él. Son momentos difíciles para un padre estar fuera de su familia. Solo os puedo dar las gracias por ser mi familia aquí. Se que hay alguno de vosotros que os pongo menos, pero os quiero un montón y muchísimas gracias”, apuntaba el entrenador visiblemente emocionado. Lo hizo en un vídeo subido a rrss por el club en el que se demuestra en poco más de 90 segundo una de las claves de la gran temporada azulgrana.
Hidalgo llegó a Huesca hace 483 días y desde entonces se ha ganado al vestuario azulgrana. Por el club oscense han pasado perfiles de entrenadores muy diferentes, pero nunca antes había tenido el Huesca a un técnico como el de Canovelles. Rubi era un erudito del fútbol que se ganaba a sus jugadores con charlas interminables. Míchel fue capaz de dominar egos en una poderosa plantilla de Segunda División y recondujo la situación deportiva durante el COVID. Anquela tenía dos caras, cariñoso y exigente. El veterano técnico también lideró el vestuario, pero gracias a su experiencia, no como a un igual, que pasa con Hidalgo. Solo Francisco recuerda al perfil de entrenador líder, pero eso fue en Primera División.
17 partidos le quedan a Hidalgo en el Huesca
El futuro de Hidalgo es una incógnita. Lo normal es que no siga en el Huesca, pero su legado perdurará en la memoria de los aficionados. Al de Canovelles le esperan preciosos retos como entrenador y a la afición oscense solo le queda disfrutar del técnico que evitó la desaparición de la entidad el pasado curso y que este año está haciendo soñar a El Alcoraz. Este curso quedan 17 encuentros para disfrutar de la magia de un entrenador que tiene a su Huesca en una situación idílica para repetir el hito que logró Rubi en el 2018.