Sigue el Huesca a buen paso, alimentando la esperanza de hacer algo incluso más grande que la temporada pasada. Está de dulce. Pero no solo eso. Sabe apretar los dientes cuando toca sufrir, sabe meter zarpazos para dejar claro que tiene fútbol, tiene mentalidad para no irse abajo, ni se deja impresionar por jugar en un campo como el del Sporting, quizá uno de los más bellos de esta Segunda División. Acabó su duelo con un empate, en el campo del rival y con un par de ocasiones en los últimos minutos que le hubieran dado los tres puntos. Hubo más dominio del Gijón; quizá, más oportunidades de los de Rubi.
Tenía aliciente y mucho el partido ante los de Herrera. Y más con el bonito detalle del club en ese guiño a San Lorenzo, patrón de las fiestas mayores de Huesca y nombre de la playa gijonesa. Y hubo fútbol bueno. De los que se van trabajando con pico y pala, que deja jugadas con polémica –discutible la falta que propició el gol gijonés- y detalles caviar como el jugadón de Vadillo que acabó con el penalti que transformó Melero. A partir de ese empate, 30 minutos abiertos, con intercambio de ocasiones.
Carmona había advertido en varios saques de esquina que tiene un guante en su bota derecha. Y en el minuto 51 metió la bola en la red al botar la falta de Alexander a Isma López. Quizá Remiro pudo hacer algo más, aunque fue un golazo. La falta, más que discutible, pero da igual. La cuestión es que el tanto desalojó el empate sin goles del marcador. El Huesca respondió con una buena jugada trenzada que sacó Mariño con una mano abajo cuando el empate ya se veía. Poco le duró la alegría al Sporting. Vadillo hizo una genialidad y le derribaron dentro del área y Melero –máximo goleador del Huesca con seis tantos- empató el partido.
Abrumó el Sporting en la primera parte ante un Huesca que metió un par de zarpazos para avisar de su peligro. Rubi desplegó sobre el campo al equipo que borró al Almería con un 0-3 imperial. El equipo asturiano apretó y mucho. Ambiente de gala, un campo de lujo y sobre el prado asturiano dos buenos equipos, con buenos jugadores que parece lo mismo pero no lo es. El técnico del conjunto altoaragonés dispuso a Vadillo y Gallar a pierna cambiada, que con la habilidad de ‘Cucho’ y el compás manejado por Sastre y Melero, obligó a Herrera a evitar que cosieran el balón y sacaran la magia de su chistera. Así que presionó a tope para impedir que se apoderaran del cuero.
Los asturianos metieron muchos minutos de posesión y el Huesca respondió con un par de zarapazos. Gallar pilló la pelota y se recorrió un buen trecho sin que nadie le saliera al paso y se quedó sin gasolina en los últimos metros. Avisaba el Huesca, pero era un espejismo. El Sporting cargó el juego por la banda de Alexander sin encontrar la forma de llegar al desequilibrio. Hubo algún susto, pero nada grave.
La segunda parte fue mejor. Por los goles y porque después del tactismo, de los minutos quemados, tocó buscar la victoria. Y ambos la pidieron. El Sporting se adueñó del balón poco a poco gracias a un trabajo brutal de Bergantinos y Sergio. Sin embargo, la ocasión más clara llegó en el minuto 80 con Vadillo al que respondió con una parada cinco estrellas Mariño. Rubi agitó el partido tras sacar a Gallar –gran partido- por Ferreiro. Y tras sacudirse el dominio tuvo un par de oportunidades claras cuando el partido aspiraba. Quizá no hubiera sido justo, pero hubiera sido una gozada traerse de El Molinón los tres puntos en juego.
FICHA TÉCNICA
Sporting de Gijón: Mariño; Isma López, Barba, Alex Pérez, Calavera; Bergantiños, Sergio Álvarez; Moi, Rubén García (Pérez, 78’), Carmona (Michel Santos, 70’); Castro (Stefan, 71’).
SD Huesca: Remiro; Akapo, Pulido, Jair, Alexander; Sastre (‘Chimy’ Ávila, 59’), Aguilera, Melero, Vadillo, Gallar (Ferreiro, 82’) y ‘Cucho’ (Luso, 87’).
Goles: 1-0, Carmona, 51′ | 1-1, Melero, 62′.
Árbitro: Figueroa Vázquez. Amarillas para Calavera (60’) y Sergio Álvarez (68’).
Incidencias: 21.296 espectadores en el estadio El Molinón en la décima jornada de la Liga 1|2|3.