HUESCA | Tamara Vázquez y Joserra intercambian papeles este fin de semana. A él le tocará sufrir y a ella aplaudir. Tras el Ironman de Hawái donde la oscense cruzó por segunda vez la meta de la mítica y singular prueba, este sábado es su marido quien compite. Lo hace en California, en el Ironman Sacramento. Pero mientras, nos vamos con Tamara. Regresó al Pacífico con el objetivo de seguir disfrutando de una prueba única. Este año, más. Solo para chicas. Quizá 2022 sirvió para acercarse a donde surgió el Ironman y a cierta leyenda sobre la prueba referencia del triatlón de verano, espejo donde se irán todos los demás ironman. Era un sueño estar aquí y Tamara lo logró. Ahora, lo ha repetido. Volvió a nadar, a pedalear y a correr para ser ‘finisher’ otra vez.
Viento, humedad y calor son marca de Hawái. La ‘meteo’ añade dificultad al trazado, un paraíso con trampas cuando se trata de un triatlón. En esta ocasión se libraron del viento. Sin duda, una bendición. “Donde más perjudica es en la bici. Las rachas son tremendas y si no hay viento, el día siempre es mejor”, recuerda Tamara. La apuesta por una prueba exclusivamente femenina era la principal novedad para un recorrido con los tres segmentos de siempre –3,8 kilómetros de natación, 180 kilómetros de bicicleta y 42,195 kilómetros de carrera a pie-. “El ambiente fue genial. Un ambiente, quizá, más dulce, con la sensación de animarnos más entre nosotras, con muchas sonrisas y muchos ánimos”, recalca Tamara Vázquez. La diferencia también estaba en el respaldo de la afición. Muchas personas apoyando el deporte “y necesitábamos ese momento de ver que nos apoyan. Creíamos que íbamos a estar pocas chicas, y culturalmente pensábamos que no nos creíamos que somos lo suficientemente importantes en el deporte para merecernos un respaldo así. Me encontré más de 2.000 chicas y eso me alegró”, precisa.
El segmento de la natación es el talón de Aquiles de la oscense. Cuesta creer que diga que no sabe nadar quien obtuvo billete para Hawái. De hecho lo decía de forma vehemente antes de su primer Ironman en el Pacífico. Le ha tocado entrenar duro para mejorar. En Kona se encontró una prueba movida, más amena que el año pasado e hizo cinco minutos menos que en 2022. “Me gustaría haberlo hecho mejor, pero al menos me quité la espinita”, dice. Tamara Vázquez, que siempre habla con una amplia sonrisa, no disimuló que esa rebaja en el crono era una buena oportunidad para ir ganando puestos. Tras el agua, la bici. Cielo azul y viento en calma. Perfecto. Este año llegaba más fuerte a este segmento y el circuito de 180 kilómetros lo completó con la satisfacción de poder levantar la cabeza en algunos momentos “y ver un lugar maravilloso, rodeada de volcanes, mar y chicas compitiendo. Fui más consciente de donde estaba y mejoré en 45 minutos la marca del año pasado”. Con algo más de 1.400 metros de desnivel, en un circuito de sube y bajas puso medias de 30 kilómetros por hora por una autovía de tres carriles. “Lo gestioné muy bien a nivel mental, aunque pienso que puedo mejorar ese tiempo”, afirma.
El segmento de la carrera a pie fue más duro de lo que pensaba. Esos poquito más de 42 kilómetros se le empezaron a atragantar pronto. Sin fuerzas para ir al ritmo entrenado optó por bajar el ritmo y aplicar la cabeza para administrar el esfuerzo por un circuito lineal, como el de la bici, y con continuos sube y bajas. “Tocó sufrir. Me gusta correr y vi que todas corrían, que nadie andaba, así que me dije, Tamara, ellas sufren, pues yo también”, desliza. El penar mutó en alegría. Los últimos 15 kilómetros fueron muy distintos. Desaparecieron los problemas, se sintió fuerte y mejoró su ritmo. “Disfruté y acabé con buenas sensaciones” una maratón que firmó en 3h18m, dos minutos por encima del tiempo de la edición anterior. Es su peor registro, pero, como dice, “hay que aceptar las cosas como vienen. En Kona no buscas tu mejor Ironman sino a aprender a competir y a superar las adversidades que supone competir en condiciones tan duras. Llegué con una sonrisa inmensa a meta donde me esperaba la familia y, por supuesto, Joserra”, recalca.
Tamara Vázquez hasta se emociona cuando dice que es un lujo competir en una misma prueba que ganó Lucy Charles y, sobre todo, por el hecho de participar en un Ironman exclusivamente femenino. Su siguiente prueba en el calendario la llevará al Ironman Lanzarote, uno de los más duros del mundo y, también, con un cartel de lujo. Será el 18 de mayo. El objetivo será clasificarse para el Mundial de Niza.