HUESCA | Cuesta creer que Tamara Vázquez nunca levantara una cinta de ganadora de una prueba hasta el pasado 11 de noviembre. Y lo hizo frente al mar Rojo, en la costa de Egipto, y en un destino privado. Así como suena. Bueno, en El Gouna. Si Hawái, el Ironman de la icónica isla del Pacífico fue algo espectacular para Tamara, lo de Egipto ha roto cualquier previsión. Ya desde la llegada a El Cairo, ya cuando puso los pies en El Gouna todo fue un maravilloso caos, un choque cultural y un contraste de vidas.
Frente al mar Rojo se celebró una nueva edición de una prueba sobre el asfalto con tres distancias -5, 10 y 21 kilómetros- organizada por Asics Egipto. Asics Europa sondeó entre sus embajadores para participar y ya se sabe que a la altoaragonesa estas cosas le gustan. Así que formó equipo con la italiana residente en España Elisa Melilli, la portuguesa Priscila Gonçalves y el italiano Cosimo.
Mal crono… relativo
Tan solo le faltó por decidir la distancia. Le ‘picaban’ todas y de hecho se apuntó a los 10 kilómetros y finalmente giró el objetivo para pincharse el dorsal de los 5.000 metros. El principal inconveniente, la temperatura. “Un calor seco que te hace ir a un ritmo lento y pulsaciones altas, a 180”, concreta Tamara Vázquez. La organización, eso sí, puso la salida pronto. A las 7.00, con poco más de 28 grados, una bendición… teniendo en cuenta que por la tarde las temperaturas frisan los 35 grados.
Firmó esos 5 kilómetros en 19m58s. “Un mal tiempo, quizá porque no llevaba a nadie por detrás”, afirma entre risas Tamara Vázquez que tiene sobre esa distancia un mejor registro de 18m28s, pero con la satisfacción “de levantar por primera vez la cinta de ganadora”. La misma cinta sirvió para las otras distancias -Melilli fue primera sobre la de 10k y Priscila segunda en medio maratón- “por lo que no me la he podido traer” dice entre risas. Los 5.000 metros le supieron a poco y antes de que el sol se elevara más aún aprovechó para estirar las piernas.
Una carrera con proyección
“La carrera me ha venido muy bien para empezar la temporada de canicros”, señala Vázquez. La liga aragonesa de canicros la tiene como uno de sus principales objetivos de la temporada. En concreto el campeonato de Aragón que consta de seis carreras y en la que esta temporada estrenará compañero. Se trata de un setter inglés llamado Arbi, preparado durante un año y que sustituye a Kona porque las características de las carreras en el Alto Aragón no le son tan favorables.
Ese número de pruebas le va bien para sus dos grandes objetivos: el Ironman Lanzarote de mayo y el medio maratón de Valencia en abril, que será su primera edición. El próximo año también será especial para Tamara porque forma parte del CC Oscense con una escuadra competitiva que, sin duda, le va a ayudar a mejorar sobre la bici.