Hace poco más de una semana comenzamos un nuevo año, un libro con 365 páginas en blanco en el que escribiremos otro pasaje de nuestra vida. ¿Quién no se ha propuesto alguna vez, incluso este mismo año, una meta a cumplir? Algo así como:
- “Voy a aprender ingles, o francés, o chino, o bien ortografía española”
- “Este año me apunto al gimnasio y voy”
- “Este año seguro que dejo de fumar”
- “Este año me cuido y me alimento de forma saludable”
- “Este año soy mas amable”
- “Este año hago un máster”
- “Este año salgo a pasear todos los días”
Pero va pasando el tiempo y todo se queda en bonitas palabras escritas en las primeras páginas de el libro 2017 ¿Te reconoces?
Es un hecho que cambiar nuestras rutinas, cuesta. Nuestro cerebro nos empuja a seguir haciendo “lo de siempre”, aunque racionalmente sepamos que lo de siempre no es lo mejor para nosotros. Entonces intentemos cambiar. Sigamos unos pasos fáciles:
1º – crear un plan: TU PLAN
Dedicar un rato a plasmar un plan de acción bien detallado y específico, con todos los pasos de lo que vas a hacer. Ese plan te servirá de guía para saber lo que tienes que hacer. Es un modo muy eficaz de ayudar a tu mente a centrarse. Existen unos pasos clave para hacerlo sin que te cueste:
– Es importante: Pensar en positivo, porque el pensamiento también es acción. Cuando pensamos en lo que deseamos conseguir, o en lo que queremos realizar, y en la forma en cómo lo vamos a hacer, estamos realizando una acción.
– Facilitarnos el camino: A veces pensamos que sólo si algo nos resulta muy difícil de conseguir puede ser bueno para nosotros. Pero esta no es la realidad y creer que es fácil puede implicar que realmente lo sea.
– No hacer conjeturas: la imaginación exagera las dificultades y después resulta que no era para tanto. “Quien quiere algo, algo le cuesta” y esta creencia es el primer obstáculo que necesitamos superar.
– Aprende a dar el primer paso: “Un camino de mil kilómetros comienza con un solo paso”. Estamos acostumbrados a decir lo que nos gustaría hacer pero no a intentar hacerlo. Lo que nos impide empezar es solamente la falta de costumbre. La única cosa que nos impide caminar hacia donde queremos ir es la falta de práctica y, como todo en la vida, se consigue practicando.
– Disfruta mientras se actúa: Como en el poema “Ítaca” de Kavafis, el viaje también es importante, no sólo el destino. Si lo pasamos bien, si nos divertimos, si disfrutamos de cada paso y de cada acción, será mucho más fácil actuar la próxima vez.
2º – Seguir TU plan
De nada sirve un plan si éste se queda en un cajón. El siguiente paso es buscar un sistema para hacer seguimiento de este plan. Hacer este seguimiento es imprescindible. Dedica energía para llevarlo a cabo. Focalizar la atención en las cosas nuevas que incorporamos.
3º – Celebrar los logros
Tenemos tendencia a fijarnos en lo mal que hacemos las cosas, a quejarnos y buscar motivos para tirar la toalla: “lo ves, es que no soy capaz, nunca lo conseguiré, no hace falta que me esfuerce”. Quizá no podemos cambiar las circunstancias, pero sí el modo de percibirlas. Nuestro bienestar depende de la actitud que adoptemos frente a los acontecimientos. Para ello es necesario dejar de poner excusas, cambiar algunas ideas preconcebidas y comenzar un plan estratégico para vivir la vida.
Parte del secreto del desarrollo personal está en detectar nuestros errores, ser conscientes de ellos y poner empeño en cambiarlos. Hay que centrarse en todo lo que hemos hecho bien y celebrarlo. Sobre lo que no se ha hecho tan bien, pensar cómo vamos a mejorarlo, y sobre todo, no lo utilizarlo de pretexto para dejar de trabajar en ello.
4º – Buscar apoyo
Ya sea ayuda profesional, un amigo o un compañero que esté trabajando en los mismos cambios o simplemente soporte moral. Es importante compartir con la gente que nos importa lo que estamos haciendo y pedir la ayuda necesaria. Eso aumenta el compromiso y da fuerza para seguir adelante.
Te dejo cinco hábitos muy sencillos para terminar que debemos cumplir todos para sentirnos mucho mas saludables con ningún esfuerzo:
- Beber un vaso de agua tibia al levantarnos prepara al cuerpo para los alimentos.
- Dejar el coche e ir paseando al trabajo o subir por las escaleras a casa.
- Desayunar día si, día no, fuera de casa si estás acostumbrado a hacerlo a diario. Verás como a lo largo del año has ahorrado para algún capricho.
- Decir más veces “te quiero”: porque hay muchas personas a las que quieres, házselo saber diciéndoselo más a menudo. Te sentirás bien y harás que lo demás también se sientan mejor.
- Respira: al menos una vez al día tómate unos minutos para respirar bien, profundamente. Oxigenar tu cuerpo te ayudará a relajarte y a sentirte mejor.