«He estado muy a gusto en Huesca durante estas dos temporadas. Había algunos objetivos en mente y, quizá, alguno se nos escapó. El balance que hago a nivel colectivo e individual es que han sido dos buenas temporadas», resume el lateral brasileño tras el entrenamiento del jueves. Dejará el Bada Huesca «convencido» de haber actuado de la forma «más profesional» y solo tengo «agradecimiento hacia el club». El brasileño asume que su paso por el siete altoaragonés ha estado cargado de protagonismo. Siempre lo ha tenido presente. Para lo bueno y para lo malo. «Creo que he estado bien en momentos cruciales, pero también que he fallado en otros. Esta es la vida del deportista. Hay que entrenar siempre más para mantener una estabilidad», añade. Esa responsabilidad la ha tenido en casi todas las escuadras donde ha estado enrolado, con la única salvedad de la de Granollers desde donde llegó para ponerse a las órdenes de Nolasco.
Sobre la posibilidad de haber seguido ligado una temporada más en el BM Huesca como era deseo del club, reconoció que le halagó ese interés y valoró muchas cosas porque, recalcó, que «en Huesca he estado muy bien». Eso sí, las ofertas que recibió al norte de los Pirineos eran imbatibles. «Ahora me tocaba cambiar. No soy un chaval (febrero, 1989) y tengo que pensar en otras cosas y en otros desafíos. Tenía otras ofertas de España, pero quería vivir otra experiencia. Eso sí espero un día volver porque España es un país que se parece mucho a Brasil y es muy buena gente. En Huesca me siento como en casa», recalca.
El de este sábado será el partido de despedida de Teixeira de la afición que acude al Palacio de los Deportes, pero no el único ya que también dejan la disciplina del club Dijà, Ciric y el canterano Lucas Abadía. Será el último partido de una temporada 2017/18 que pondrá el broche para el equipo altoaragonés en Cuenca con la esperanza, aún, de que una carambola les pueda dejar la próxima campaña en competición europea.