Lo mejor del partido no fue ni el punto, ni la contuinidad en el 11 inicial, ni el fantástico gol anulado a Okazaki en la primera parte. Fue el pitido final. 90 minutos lentos, espesos y sin mordiente en los que el punto, tanto para Huesca como para Tenerife, fue merecido por la escasez de riesgos que tomaron ambos entrenadores.
Los locales tuvieron más protagonismo en la primera mitad, pero se fueron apagando con el paso de los minutos y terminaron por encerrarse en su área cuando se quedaron con un jugador menos. Ni por esas el Huesca logró llevar peligro a la meta de Ortolá.
Álvaro (6’5) Espectante: En los primeros 45′ el dominio fue más local que visitante, pero tampoco se le exigió en exceso. Un par de buenas paradas y apoyos a la hora de sacar el balón jugado son todo lo reseñable de sus minutos.
Galán (7) Puñal: Su momento de forma es cada vez mejor. Demuestra merecer la titularidad hasta en partidos tan pobres como el vivido en Canarias hoy. Subió bien la banda, supo sufrir en defensa y fue de lo poco que creó desborde. Ha dado un paso adelante en su capacidad atrás, que quizá le costó la titularidad en los primeros meses de competición.
MVP | Pulido (7’5) Oligárquico: Su nivel está claramente por encima de la media de la competición. En la primera parte dejó varias acciones de una calidad sobresaliente, con dos cortes providenciales.
Datkovic (6) Veloz: Aunque no tenga el toque de balón ni los centímetros de Josué, sí tiene un poderío físico muy explotable por Míchel. Tuvo un fallo en la salida de balón pero no trascendió en el resultado del duelo. En velocidad es el central más capaz.
Miguelón (7’5) Aclimatado: Ya se ha acostumbrado a la Segunda División y su nivel crece cada partido. Desborda, no pierde tantos balones y aporta mucha profundidad al partido. Junto al otro lateral, fue de lo más incisivo del choque.
Mosquera (5’5) Encarcelado: El centro del campo del Tenerife, sabedor de que es la piedra sobre la que el Huesca edifica sus acciones ofensivas, le tapó con ahínco. No pudo exhibir sus habituales recursos ni ayudar tanto al equipo como a él le habría gustado.
Mikel Rico (6) Currante: Ayudó mucho en defensa y cayó a banda derecha como suele hacer, pero tampoco pudo generar nada. En los últimos minutos se le vio notablemente cansado, fruto de su desgaste.
Raba (6’5) Apaleado: Con la poca lucidez del equipo en zona de tres cuartos, tanto sus acciones como las de Juan Carlos se presentan claves para desatascar partidos. Los tinerfeños, que habían estudiado en profundidad a los de Míchel, se preocuparon de pararle con múltiples y fuertes acciones. Pese a todo, se involucró bien en la faceta ofensiva.
Juan Carlos (6’5) Imprescindible: Aunque no sea un para el recuerdo, el gallego siempre deja un par de movimientos, un pase o una jugada digna de aplaudir. En este tuvo el mejor tiro visitante y filtró un par de buenos pases para Okazaki, pero faltó tino.
Cristo (6) Creciente: Ya parece haberle ganado el puesto a Ecriche y asentarse en el 11 titular. En su vuelta a Tenerife, al igual que el Huesca, no hizo especialmente bien ni nada especialmente mal. Presionó bien la salida de balón, jugó de espaldas e intentó cosas, pero nadie tuvo el día en las pocas ocasiones en las que el Huesca llegó arriba.
Okazaki (7) Anulado: Ya es el tercer gol que le anulan al nipón, y el de hoy fue uno de los de mejor factura. Hoy tiró buenos desmarques pero no logró anotar, por falta de acierto en controles.
Los cambios
Sergio (5) Frío: La continuidad que había encontrado con la lesión de Raba claramente ayudaba a su rendimiento. Tras dos jornadas seguidas como suplente, el joven internacional no estuvo tan atinado como en otros partidos ni logró hacer lo que mejor se le da: desbordar.
Eugeni (5) Irrelevante: salió para aportar pero no logró romper la defensa rival. Se puso a distribuir juego bien, pero no encontró en el último toque necesario ni la lucidez con la que ayudar a abrir el marcador.
Escriche (S.C) Recuperado: Tras su lesión, volvió a la convocatoria y a ser uno de los recursos ofensivos de Michel. En los pocos minutos que tuvo, bregó bien, como acostumbraba a hacer antes de la lesión.