ZARAGOZA | Juan Carlos Cordero ya ha descubierto que la plantilla del Real Zaragoza necesita algo más que unos retoques. Y en el sitio de los fichajes, hay dos nombres recurrentes, dos objetivos conocidos: Tiago Bebé y Raúl Guti. El director deportivo sigue creyendo en sus regresos, en dos apuestas que tendrían el favor del público y el sello más personal de Cordero.
El Zaragoza busca un mediocampista físico, capaz de repetir esfuerzos, de acortar las distancias que hay entre las líneas. Guti encaja como nadie en esa idea, por más que también se haya sondeado la posibilidad de Mfulu. El canterano no es feliz en Elche y está dispuesto a hacer todo lo posible por volver. Pretendido también por el Leganés, Guti sitúa al Real Zaragoza como la mejor de todas sus opciones.
En su cesión, todavía hay flecos pendientes. El Real Zaragoza intenta cuadrar su masa salarial y negocia la ficha del futbolista, cercana a los 200.000 euros. La propuesta del Leganés es más generosa en términos económicos para el Elche, pero Cordero cree tener una carta ganadora: la intención del futbolista de regresar a la que siempre será su casa. Otro factor aparece ahora en la escena, el interés que ha mostrado el club ilicitano por Sergio Bermejo.
La situación de Tiago Bebé todavía es más compleja. El caché del futbolista y su rendimiento en el Rayo Vallecano en este curso le alejan del Real Zaragoza. Revulsivo en Vallecas, Cordero confía en varios factores para poder cerrar el mayor de todos sus objetivos. Bebé fue rey en Zaragoza y no ha disputado un solo partido como titular en el Rayo. La mediación de Gil Marín y la relación personal del jugador con Martín Presa pueden acabar desbloqueando una operación que sigue pareciendo un laberinto a estas alturas del mercado.
Bebé fue diferencial en Zaragoza y Cordero le miró como el salvador del curso, como la mejor solución de su primer mercado. Para alcanzar su deseo tendrá que negociar con Martín Presa, un mandamás raro, autoritario, solitario. Presa vive en una esfera muy distinta al club que representa. El Rayo Vallecano se define a través del sentimiento de barrio, del orgullo popular y la clase obrera. Si la afición es una canción de Ska-p, Martín Presa parece un presidente de otro siglo. Una autoridad llena de lamparones, tan frecuente en la España de los 90 como extraña en el fútbol moderno. Aislado en el poder del Rayo, la amistad con Bebé puede ser decisiva, la llave que pueda abrir su regreso a La Romareda.
Cordero le ha puesto rostro a sus dos grandes objetivos. Además de la contratación de un lateral izquierdo y de un perfil más en cada línea, el director deportivo quiere apurar las dos opciones más esperadas por La Romareda. El mercado de invierno queda marcado por dos deseos: el de Tiago Bebé y Raúl Guti.