ZARAGOZA| La victoria zaragocista en Tenerife después de ir dos goles por debajo en el marcador cuando restaban menos de 15 minutos para el pitido final ofrece diversas lecturas. El juego fue malo, en la línea de lo que se vio frente al Racing de Santander, pero chispazos de calidad sirvieron para que el Real Zaragoza encontrase el botín en La Isla. Primero fue Bazdar aprovechando el rechace del portero a un buen disparo de Pau Sans. Luego, Iván Azón hizo el segundo de cabeza y el tercero volvería a tener la firma del serbio tras una gran acción individual de Lluís López. Pero todo esto no se entiende sin la influencia de Toni Moya desde que entró al terreno de juego.
Víctor Fernández volvió a perder la partida frente al entrenador rival en el medio campo. El técnico zaragocista recuperó a Keidi Bare y lo situó junto a un Marc Aguado que llevaba en el ostracismo tres jornadas consecutivas. La cosa no salió bien y el Real Zaragoza fue completamente sometido por el cuadro chicharrero durante casi toda la primera mitad. Un error que casi cuesta un gol después de una falta lateral y otro fallo de no encimar a Aarón Martín dentro del área para que no disparara cómodo fueron los motivos por los que el ex del Andorra fue sustituido al descanso.
Un cambio de guion
El equipo de Víctor Fernández dispuso de un 1-4-1-4-1 para afrontar los segundos 45 minutos. Si antes al Real Zaragoza lo estaban superando en el centro del campo con dos futbolistas, con tan solo Keidi Bare -y no al 100%- la cosa siguió igual o incluso peor. Es ahí cuando a falta de media hora apareció la figura de Toni Moya. El futbolista emeritense, si bien cuajó su peor partido hasta la fecha el pasado fin de semana, en el Heliodoro Rodríguez López fue la llave de la remontada.
Cuando más acelerado estaba el equipo en busca de conseguir el gol que alimentara la esperanza, Toni Moya le dio el poso suficiente y se hizo dueño y señor del medio campo. Fue el epicentro de donde partían todas las jugadas de ataque y permitió a Aketxe descolgarse entre líneas. El ex del Alavés avisó de sus intenciones nada más entrar al partido con un centro exquisito que Vital no consiguió conectar. Más tarde, se atrevió desde fuera del área pero su disparo fue repelido por el guardameta tinerfeño. Aquello provocaría el saque de esquina que supuso el empate. Otra vez protagonista tras un centro fuerte, medido y de fuera hacia dentro directo a la cabeza de Azón.
Toni Moya demostró que es un futbolista con un nivel muy alto para la categoría cuando está afinado. Su actuación en La Isla debería ser suficiente como para confiar en él de titular la próxima jornada frente al Almería y hacer de pareja junto con un Keidi Bare que no siempre tiene que estar arropado por Marc Aguado.