Regresa a Europa las Enduro World Series (EWS) después de abrir la temporada en Chile y Colombia. Y lo hace este fin de semana en Francia, en Olargues-Montagnes du Caroux. Allí estará Gabi Torralba, que apura entrenos y descansos en Riglos.
Riglos es su casa. Gabi Torralba se siente feliz y no lo disimula. Allí, con dos buenos amigos –Mario Palacio y Mike Othac- empezó a trastear en una BMX por las callejuelas y pequeñas plazas de un pueblo donde los Mallos imponen los veas una o mil veces. Desde que regresara de Colombia ha combinado entrenamientos –muchos- y descansos –pocos-. Ya apura los días de cara a la tercera cita de la temporada de las EWS que se celebran este fin de semana. Será en Francia, en Olargues-Montagnes du Caroux. Viajará con el objetivo de volver a ser Top 50, como en Colombia, sobre un territorio en el que ya compitió hace tres años, en 2015. La localidad fue escenario de una de las pruebas más duras del mundo enduro -110 kilómetros y 4.800 md+-. “Algún recuerdo del terreno y de cómo son las bajadas tienes, pero veremos cómo se me da”, dice.
En su preparación incluyó la participación en la Orbea Monegros, la gran prueba circular que pivota sobre Sariñena. Y para ello se metió dos semanas de entrenamiento “a tope”, afirma. Y así lo cristaliza: “Cada semana 500 kilómetros para preparar la Orbea Monegros”. Un entreno que tuvo su recompensa. Fue 29 en la general de una prueba no competitiva… donde pocos están capacitados para ganarla y muchos luchan contra uno mismo. Acabó, además, con un tiempo bastante ajustado con los primeros de la general. Y eso que, reconoce, le faltó algo de planificación. “Llevé solo un botellín de agua y hasta las 2 horas 40 iba en el grupo de cabeza, entre los diez primeros. Luego ellos tiraron un poco, me quedé en el segundo grupo del que fui tirando y en el kilómetro 100 no podía mover la lengua dentro de la boca de lo deshidratado que iba. Paré en un avituallamiento para beber y se me escapó el grupo con lo que me quedé en tierra de nadie y los últimos 17 kilómetros se me hicieron muy duros”.
Esos algo más de 100 kilómetros sobre la estepa de Los Monegros sin duda le han servido para coger más fondo sobre la bici y afrontar un deporte donde los descensos quitan el hipo. “¿Que si tengo miedo?”. Se piensa unos segundos en dar la respuesta. Desliza que esa palabra no se ajusta a lo que se siente en esas pruebas. Prefiere la de respeto. A sus 20 años atesora ya varias marcas en su cuerpo. Especialmente en un brazo y una pierna. No hay más que asomarse a youtube, a algún canal donde estos ‘rider’ plasman su deporte, a ver algún resumen de las EWS para comprender que solo con la cabeza bien armada se puede afrontar descensos así.
El ‘puente’ entre las dos etapas en América del Sur y ahora el calendario que se abre en Europa también le ha servido para tatuarse una bici en la muñeca derecha con las ruedas con el signo del infinito. El ‘tattoo’ se lo hizo un amigo de Zaragoza. En su casa de Riglos, Torralba es plenamente feliz, además, entrenando. Le gusta mucho coger la bici por senderos que se conoce a la perfección y prepararse para posteriores carreras. Lo hace solo o con amigos. Eso sí, siempre vigilado por su particular ‘gran hermano’. Se trata de Antonio Pérez, su entrenador. Lo controla desde Alcoy. Le marca las pautas y con la tecnología “no hay engaño posible. Sabe todo lo que hago”, dice con una amplia sonrisa.
Gabi Torralba es piloto del Enduro Orbea Team donde también está el altoaragonés de Biescas Javi San Román, que con el francés Thomas Lapeyrie y la británica Becky Cook forman el póker donde la marca española ha depositado toda su confianza después de unos años donde el enduro no era una de sus principales bazas. Orbea ha vuelto a este deporte y a lo grande. “La marca no presiona en cuanto a resultados. Nos piden que lo hagamos como hasta ahora. Con Orbea está todo perfecto. No nos falta de nada y es un auténtico equipazo”, acota Torralba.
El calendario de las EWS le lleva este fin de semana a Francia. Luego será Austria-Eslovenia, Italia, Canadá, el 22 y 23 de septiembre en la ansiada Zona Zero de Aínsa para abrochar la temporada en Italia, otra vez, una semana después.