Miguel Torrecilla seguirá vinculado al Real Zaragoza durante una temporada más. El director deportivo, que llegó a La Romareda en diciembre de 2020, será la mano derecha de Raúl Sanllehí en el curso 2022/23. Su continuidad es una decisión impopular, pero prevista desde hace tiempo.
Torrecilla se ganó la confianza del nuevo director general muy pronto y durante los partidos de final de temporada hubo signos de complicidad entre los dos. La presentación de Juan Carlos Carcedo escenificó dos cosas de la relación entre Sanllehí y Torrecilla a través de dos frases. Sanllehí le dio la palabra a su director deportivo con un simbólico: “Adelante, Miguel”. Segundos antes y a la vista de todo el mundo, le había reafirmado en el cargo con otra sentencia: “Es nuestro director deportivo”.
Pocas decisiones podrán situar en un lugar tan sensible a Sanllehí, que busca socios a la desesperada para proyectar un nuevo Zaragoza. Curiosamente, le entregará las llaves de la plantilla al hombre que planificó el último curso y que se quedó a un mundo de cualquier ‘pomada’. Su labor en el Zaragoza de esta temporada será caprichosa: entre otras cosas, Torrecilla tendrá que deshacer lo que él mismo hizo.
Ampliaciones de contrato
La renovación del director deportivo se enmarca en un contexto de ampliaciones de contrato. Pocas tan simbólicas como la de Francho Serrano, a las que le seguirá pronto la de Azón y con más tiempo la de Alejandro Francés. Además de la continuidad de Torrecilla, se espera que en las próximas horas se cierre también la renovación de los responsables de cantera, con Ramón Lozano a la cabeza.
Miguel Torrecilla será el nombre del día. Entre el público zaragozano ha encontrado muchos detractores y casi ningún fan. Entre sus virtudes, la mayoría ocultas y alguna visible, se encuentra una extraordinaria capacidad de supervivencia. Aunque se pueda sospechar que su continuidad es la decisión más errónea e impopular que Sanllehí tomará en mucho tiempo.