Mucho se habló en la primera parte de la temporada del Real Zaragoza de la mala configuración de la plantilla realizada por Lalo Arantegui. El ex director deportivo zaragocista dejó marchar a joyas como Clemente, actualmente cedido al Logroñés y un fijo en la sub21, además de no gestionar adecuadamente situaciones como la de Kagawa. A ello hay que añadir que la mayoría de los fichajes realizados no solucionaron los problemas a los que el Real Zaragoza se enfrentó la temporada pasada.
En defensa, Tejero no está contando apenas con participación, Jair estuvo buena parte de la primera fase de la temporada lesionados y Chavarría era el único que podía mejorar el rendimiento anterior. En el centro del campo Zanimacchia y Larrazabal no han contado con la confianza continuada de ninguno de los tres entrenadores que han pasado por el Zaragoza esta temporada. Adrián, entre lesiones y falta de oportunidades, tampoco está dando lo que se esperaba de él.
Bermejo, aunque sí cuenta con minutos, está sucumbiendo a la gris dinámica del equipo. Como delanteros, Vuckic y el “Toro” Fernández ni están ni se les espera. Solo Narváez supone la esperanza de marcar, de vez en cuando, algún gol que ayude a progresar en la clasificación.
Ante todo ello y tras la llegada de Miguel Torrecilla a la dirección deportiva, se esperaba un golpe de efecto en el mercado de invierno que ayudase a mejorar la situación. Siendo conscientes de las limitaciones económicas del club, JIM pidió al menos tres fichajes: uno por línea. Los tuvo, pero ninguno ha ayudado a mejorar el rendimiento del equipo.
Torrecilla fracasa en sus fichajes
La llegada de Alex Alegría debía suponer un punto más de peligro y velocidad en el ataque del Real Zaragoza. JIM confía en él, relegando incluso a Narváez a jugar más escorado por banda y situando a Alegría como el delantero de referencia del equipo. A pesar de ello, no solo es que Alegría no se haya estrenado como goleador sino que apenas ha registrado disparos a portería.
Narváez, lejos de mejorar a su lado, se está viendo ensombrecido al tener que ubicarse en una posición en la que el colombiano ya ha dicho en varias ocasiones que no se siente cómodo. El propio Alegría tampoco encuentra su sitio y ha dicho públicamente que “la manera de jugar no es la más apropiada para mí”. Primer fracaso de Torrecilla al traer un delantero que no aporta goles y fallo de JIM empeñándose en el uso de un sistema que no favorece a ninguno de sus dos jugadores de ataque.
¿Dónde están Sanabria y Peybernes?
En el centro del campo, Torrecilla apostó en este mercado de invierno por Sanabria. Ha caído lesionado y no se sabe cuándo estará disponible. Solo ha jugado cinco minutos con el Real Zaragoza. No es la primera que algo así ocurre en el Real Zaragoza. La desesperación de los mercados invernales empujan a la dirección deportiva a recurrir a jugadores en baja forma física y ello, se refleja en prontas lesiones que les impiden tener minutos con la camiseta blanquillas. Fichajes que suponen un auténtico fracaso, además de un coste económico adicional para el club. El año pasado sucedió con Pereira y ahora, la historia se repite con Sanabria.
Por último en defensa, la dirección deportiva decidió apostar por Peybernes para después, no darle oportunidades. Tampoco ha mejorado lo anterior. De hecho, han sido Jair y Francés quienes se han consolidado con JIM en el centro de la defensa. Se empujó a Guitián a su salida para que llegase el francés pero ha sido, otra vez, una operación fracasada por parte de la dirección deportiva. Tanto es así que tan solo se espera que Peybernes pueda contar de verdad para JIM si finalmente Francés es citado con la sub 21 para la primera fase del Europeo y Jair se queda sin acompañante en el centro de la zaga. Un mercado invernal más, el Real Zaragoza adolece de urgencias económicas y falta de criterio. Distintos directores deportivos pero mismos problemas sin solución.