El ciclismo tiene lugares sagrados, donde cada curva y cada rampa cuentan historias de leyenda. Euskadi es, sin duda, uno de esos territorios donde este deporte se vive con pasión y respeto. Este fin de semana, el equipo Torres – Sobato vivirá dos jornadas especiales en tierras vascas: el SF-Haitzasko Oroimenezkoa en Markina y la esperada Subida a Gorla, que celebra su 50ª edición.
Sábado en Markina: dureza y tradición
El fin de semana ciclista arrancará el sábado 29 de marzo a las 09:45 con el SF-Haitzasko Oroimenezkoa, prueba que se disputará en Markina-Xemein. El recorrido, modificado a última hora por obras, exigirá al pelotón completar 132 kilómetros con cuatro pasos por el tendido Merelludi y tres por Lekoiz, cuyas rampas alcanzan los dos dígitos de pendiente.
Para esta cita, Torres – Sobato alinea a Alberto Domens, Diego Gonzalo, William Kirkham, Tobias Larsen, y el debutante Ranses García, que entra en lugar de su compatriota Yostin Villarreal.
Domingo en Gorla: la leyenda continúa
Pero sin duda, el plato fuerte llegará el domingo 30 de marzo a las 10:00 con la Subida a Gorla, una prueba convertida en icono del ciclismo aficionado nacional. En su edición de oro, el recorrido se endurece aún más, incluyendo la subida a Asentzio (2ª categoría) entre dos pasos por el emblemático alto de Gorla (2ª categoría), donde se ubicará la meta tras una jornada de alta montaña.
El equipo aragonés repetirá prácticamente la alineación del sábado, con Yostin Villarreal retomando su lugar junto a Domens, Gonzalo, Kirkham y Larsen, para medirse ante un pelotón de más de 200 ciclistas que saldrán desde Bergara.
Un homenaje sobre ruedas
Para Torres – Sobato, estas dos citas suponen un tributo al corazón del ciclismo vasco, donde se forjan futuros profesionales y donde cada zancada en la montaña es una muestra de carácter. En palabras del cuerpo técnico, se trata de “una oportunidad para competir, crecer y honrar la tradición del ciclismo en uno de sus templos”.