ZARAGOZA | El fútbol tiene una terminología muy especial, simbólica en cada lugar del mundo. Y pocos países han desarrollado una cultura del eslogan tan productiva como la italiana. En este juego, solo resiste la comparación el vocabulario argentino. No parece casualidad: muchos piensan que Italia es lo más argentino que hay en Europa y que Argentina es lo más italiano que hay en Sudamérica.
Los italianos descubrieron un término para definir un patrón de futbolista: el trequartista. El nombre lo explica casi todo. Es la mezcla perfecta entre un punto de partida y una condición, la de un artista que juega a fútbol. Para ubicar a ese futbolista los argentinos inventaron el término de enganche. Pero más que una posición específica, el trequartista y el enganche son modos de entender este deporte. Representan el valor de lo distinto: son casi una forma de vida en el césped.
Entre los dos países hay diferencias evidentes. El trequartista fue en Italia un jugador que actuaba contra una cultura de juego. En Argentina representó el fútbol de la calle y una abundancia: si en Italia era difícil encontrar trequartistas, en Argentina aparecían enganches debajo de las piedras. Y ese perfil de jugador es lo que busca Fran Escribá para su equipo.
Tres opciones en el mercado
De momento, el Real Zaragoza ha fijado su mirada en tres jugadores para ese lugar: Aleix Febas, Álex Gallar y Juan Cruz. Los tres son distintos en muchas cosas pero comparten una idea elemental: sienten que su regate puede mejorar la jugada.
El regreso de Febas es la intención más pública de Cordero. Por su fichaje pelearán varios equipos de Segunda, proyectos que creen en su madurez y todas sus virtudes. Álex Gallar es el siguiente en la lista. El catalán conoce el fútbol de Segunda y las claves de la competición. Es un jugador más hecho para los momentos puntuales que para las temporadas, pero su zurda maneja los secretos del partido. A veces irregular, tiene una ventaja muy cotizada: una relación especial con el gol.
El tercero de los objetivos es ilusionante, pero todavía improbable. Juan Cruz es un descubrimiento bético, uno de esos jugadores que aparecen en un contexto ideal para todos los de su especie. Joven, zurdo y prometedor, ha mostrado su técnica en Primera División y el Zaragoza peleará por su cesión con equipos de la máxima categoría. Pellegrini, su técnico en el Villamarín, le quiere dar un sitio en su plantilla. Argentino de origen y bético de formación, es un enganche puro, un talento singular.
La evolución del trequartista se define en italiano con un término reservado a algunos elegidos: fuoriclasse. Juan Cruz tiene condiciones para ser las dos cosas en el fútbol y la afición espera que La Romareda sea su siguiente estación.
Escribá y Cordero diseñan la plantilla en busca de un jugador único, de un arquetipo. Ese perfil tiene una mitología propia en este juego y se le define siempre con un vocabulario muy particular. Como a un diez que puede vestir con otro dorsal.