El Deportivo Aragón alcanzó el liderato tras vencer al Santa Anastasia en La Ciudad Deportiva (2-1). Los goles de Vaquero y Rastrojo sitúan al equipo de Emilio Larraz a tres partidos del ascenso. En la victoria matinal del domingo hubo fútbol, tensión, fe y nervios.
El filial del Real Zaragoza inició el partido con sentido de la responsabilidad y de la ocasión. Supo tras el empate del Utebo que el ascenso estaba en su mano. Se adueñó del juego al inicio y trató de progresar en el fútbol posicional. Se encontró con un rival bien plantado y solo creció a través del disparo lejano y de la paciencia. La mejor tentativa llegó en un giro y en un disparo de Mario Benedet. El mediocampista entiende su posición desde la sorpresa, no es de los que está, sino de los que aparece. Tiene carisma y registros: en el aire y en el suelo.
El fútbol en La Ciudad Deportiva tiene una banda sonora propia. En ese paisaje, resulta sencillo descubrir las jerarquías del grupo. La consigna didáctica y paternal de Emilio Larraz. El liderazgo de Javi Hernández, el fútbol sutil y silencioso de Alberto Vaquero, la inteligencia táctica de Isaiah, el progreso constante de Vallejo, el regate perpetuo de Rastrojo, la zurda de Pablo Cortés o el fútbol potente de Raúl Rubio.
Pero en esa coreografía medida también hubo lugar para los nervios. El Deportivo Aragón tuvo que ganar el partido dos veces y en algún punto del duelo las dudas le pudieron. Una jugada sirve para definir ese momento del partido. Javi Hernández se obcecó en una disputa. Miró al cielo y perdió de vista el fútbol. Fue, según le indicó Larraz desde la banda, a una guerra que no le convenía. Ni a él ni a su equipo. El Santa Anastasia crecía y el juego local se atascaba. En ese punto del partido, las opciones de peligro del Deportivo Aragón eran cada vez menos nítidas.
Alberto Vaquero marcó el primer tanto del Deportivo Aragón
Las dudas de ese tramo se resolvieron en el minuto 35. Fue entonces cuando Alberto Vaquero puso a su equipo por delante en el partido. El mediocampista es el autor intelectual del fútbol del grupo. Y, en el momento más espeso del partido, decidió que iba a ser protagonista también en el marcador. Con un mundo por delante, cogió un rechace tras una jugada de estrategia. Amagó con centrar con la diestra y orientó de tacón el balón hacia la izquierda. Fino, centró y puso el balón en el punto exacto en el que cualquier portero duda. No hizo falta que nadie la tocara para que el Aragón y Vaquero cantaran el primer gol del partido (1-0).
😅 A 4 partidos del final, cualquier GOL es ORO
📹 Así ha sido la VICTORIA del #DeportivoAragón ante el Santa Anastasia que les coloca LÍDERES de #TerceraRFEF (vídeo @ardeportes)
🤔 El de @avaquero_7 es claro, pero, ¿a quién le damos el 2-1, @isaiahnvrro18 @JorgeRastrojo? 🍍 pic.twitter.com/pdslOczYiZ
— Mundo Blanquillo 🦁 (@MBlanquillo1932) April 10, 2022
Así se llegó al descanso y tras la reanudación, el Santa Anastasia logró el empate. Y lo hizo casi por accidente. Guillermo Acín midió mal y quiso para él un balón sin dueño. Garrido, el atacante del Santa Anastasia, aprovechó el error y lo convirtió en un remate eficaz que equilibró el duelo (1-1).
Fueron minutos largos para el Aragón, que jugó con ansiedad y con el error en la cabeza. Decidió entonces que la llave del partido estaba en la fe y en el fútbol por fuera. Jorge Rastrojo desbordó siempre; fue profundo, valiente y veloz. El extremo vive en la línea de cal, se siente feliz en el lugar del extremo. Pablo Cortés asumió responsabilidad en el otro perfil: pidió el balón, combinó por dentro y mostró todo su talento.
Triunfo de fe
El Deportivo Aragón no se desesperó e insistió sin regular el esfuerzo. Su victoria llegó a través de la convicción y de una confianza ciega en sus posibilidades. Y el mejor ejemplo fue el gol definitivo, que nació en una acción que parecía intrascendente. Barullo en el área, un disparo de Isaiah Navarro y el desvío más oportuno de Rastrojo (2-1). No fue el gol más bonito del día, pero sí el mejor reflejo del partido del Deportivo Aragón. El tanto de un equipo que supo querer y creer en su triunfo.
Los minutos finales sirvieron para ver la profundidad de Antonio Sola, el pie fino de Diego Marín o el desmarque constante y poderoso de Raúl Rubio. También para probar la madurez de un grupo que supo jugar con el reloj y que le ganó la partida al tiempo. En un día feliz para todo el zaragocismo, el Deportivo Aragón logró una victoria que puede marcar su temporada. Un triunfo de campeón.