Real Zaragoza y SD Eibar cerraban la octava jornada de La Liga Smartbank en un encuentro con olor a gigantes. Los vascos por lo que han construido en la última década y los locales por lo que representan históricamente para el fútbol español. Eso sí, la realidad de ambos equipos es realmente diferente. Los de Ipurúa son ejemplo de todo: gran gestión económica, optimización de los recursos deportivos y consolidación en el fútbol de élite. Por su parte, los maños buscan la resurrección con un cambio de propiedad, que le da un aire nuevo a un proyecto sin cimientos.
Lo cierto es que el proyecto de los zaragozanos no ha empezado como se esperaba. Antes del comienzo del encuentro, el Real Zaragoza rozaba los puestos de descenso, algo que no es esperanzador para la parroquia zaragocista. Aún así, su hinchada no falla. Para este encuentro, Carcedo renovaba la alineación tras tres partidos calcando el mismo once. La dupla Azón-Simeone era de la partida por primera vez esta campaña. Por otra parte, el técnico riojano decidió dar la suplencia a un criticado Manu Molina, siendo suplido -e inmerso en un ultimátum- por Francho Serrano. Además, Vigaray se estrenaba en una convocatoria. La SD Eibar llegaba a La Romareda con el ánimo de estrenarse como ganador en un duelo a domicilio. Con el bagaje de dos derrotas y un empate, viajaba hasta la capital aragonesa para redimirse de los malos resultados cosechados hasta la fecha.
Dominio del Real Zaragoza en la primera mitad
Arrancó mejor el Real Zaragoza, encontrando la verticalidad que te facilita jugar con dos atacantes como Simeone y Azón y la proyección de Francho Serrano. El conjunto armero solamente consiguió detener a los locales a base de faltas. Sin embargo, el Eibar fue ganado terreno al conjunto local y tuvo la más clara de los primeros minutos. José Corpas remataba desde el suelo un centro lateral, pero el disparo se marchaba rozando el palo izquierdo de la portería de Cristian Álvarez. Por parte del elenco zaragocista fue Jair el primero en poner en peligro la meta vasca. Aún así, el remate de cabeza del zaguero no fue fructífero y se fue largo. El Real Zaragoza llegó al minuto 25 con cero faltas cometidas por cinco de los eibarreses.
Carcedo consiguió en la primera mitad sacar una gran versión de Francho Serrano. Por dentro, con espacio para proyectar, fue capaz de pisar la frontal y regalar ocasiones a sus compañeros. En presión, adquirió una posición más avanzada que Manu Molina y fue el encargado de imposibilitar la salida de los visitantes a través de Sergio Álvarez. La SD Eibar no perdió el sentido del encuentro en toda la primera mitad. Pese al dominio maño, los armeros tuvieron la posesión y pudieron manejar medianamente el tempo del partido. Garitano tuvo que cambiar su defensa en el minuto 29. Venancio sustituía a Berrcoal, que se marchaba lesionado. Diez minutos después, el colegiado expulsaba al propio Venancio tras un forcejeo con Valentín Vada en una acción defensiva del zaragocista. El manotazo del central visitante fue revisado por el VAR, que llamó a Trujillo Suárez y este acabó expulsando al defensor. Garitano optó por agotar su segunda ventana, introduciendo a Peru Nolaskoain y Rober Correa por Corpas y Stoichkov y disponiendo de esta manera un 5-3-1.
Trujillo Suárez volvió a ser protagonista
Tras el paso por vestuarios, Carcedo intentó darle mayor proyección a su equipo por la banda derecha con la intrusión de Gaizka Larrazábal en dicho carril sustituyendo a Gámez. Precisamente por ese lado del terreno de juego vino el peligro de los zaragocistas en los primeros minutos de la segunda mitad. Con el carrilero vasco centrando constantemente, el Real Zaragoza arrinconó a la SD Eibar, pero aún así no intimidó a los visitantes. La posesión del elenco maño, estéril en la mayor parte de las ocasiones, no expuso en demasía a los armeros. En el minuto 63, Bermejo recortaba hacia dentro en la frontal del área y convertía un gran disparo con rosca al palo largo que fue imposible para Yoel. Sin embargo, Trujillo Suárez decidió ser protagonista una noche más y anuló el tanto zaragocista por un leve contacto del mediapunta con Arbilla.
El Real Zaragoza no se vino abajo y logró continuar arrinconando a la SD Eibar. Aún así, los armeros supieron jugar su partido, imposibilitando la continuidad del juego en campo rival para los zaragocistas. Con la dureza de los eibarreses, que se vio clara en los codazos sin ningún tipo de sentido de Tejero y Blanco Leschuk, y la posterior entrada de Javi Muñoz, el conjunto rival dejo de lado toda la deportividad. El equipo de Garitano dejó de lado los aspectos futbolísticos para practicar un fútbol más brusco que encadenó una serie de tarjetas, culminando con la roja evidente a Javi Muñoz. El Real Zaragoza no cesó en su intento de llegar a la meta contraria, pero Yoel tenía una gran muralla delante de sí, trazada perfectamente por Garitano. Así, los maños no consiguieron generar peligro en los balones lanzados desde el lateral del área. Las constantes interrupciones en el juego en un encuentro que superó al trencilla Trujillo Suárez no acompañaron para la continuidad del fútbol del equipo local. Garitano le ganó la partida con creces a Carcedo en el aspecto táctico, desde el principio al fin del encuentro.
Ficha técnica
Real Zaragoza: Cristian Álvarez, Fran Gámez (Larrazábal, 46′), Lluís López, Jair, Gabi Fuentes, Jaume Grau, Francho Serrano (Manu Molina, 83′), Valentín Vada (Puche, 83′), Bermejo (Mollejo, 67′), Giuliano Simeone e Iván Azón (Gueye, 67′).
Entrenador: Juan Carlos Carcedo.
SD Eibar: Yoel, Tejero, Berrocal (Venancio, 29′), Arbilla, Imanol (Quique, 87′), Sergio Álvarez, Matheus Pereira, Javi Muñoz, Stoichkov (Nolaskoain, 43′), Corpas (Correa, 43′) y Jon Bautista (Leschuk, 46′).
Entrenador: Gaizka Garitano.