Dicen que la esperanza es lo último que se pierde y que el buen aficionado está con su club en los buenos y en los malos momentos. Que no hay mejor forma de caer que con la cabeza arriba. Que ante una mala situación, lo importante es mantener una mentalidad positiva y luchar para que vengan tiempos mejores. La afición de la SD Huesca demostró estar a la altura de cualquier otra, y mantuvo esa esperanza hasta el 5 de mayo del 2019, cuando el Valencia ejecutó la sentencia.
Seis partidos consecutivos sin perder. Con esa racha llegaba el equipo de Francisco al enfrentamiento contra el Valencia. Una racha inaudita en toda la temporada que había mantenido viva la llama del club en Primera División. Sin embargo, con tan solo una victoria en esos seis partidos, la brecha era importante, una diferencia casi imposible; siete puntos convertían el objetivo en prácticamente una locura. 3 partidos, 3 victorias; un pleno, no quedaba otra.
Los azulgranas apenas se acordaban ya de aquella dura derrota en el Santiago Bernabéu con el gol de Benzema en los últimos suspiros. Del gol de Boudebouz que acabó con la remontada al Celta en El Alcoraz. Del inexplicable empate cosechado en el Ciutat o del heroico 0-0 contra el Barça. Eso quedaba atrás. Ya solo existía el Valencia, un equipo al que reclamaban venganza después de que un gol de Piccini arrebatara a la SD Huesca otro punto en el descuento allá por diciembre.
Sin embargo, no fue el partido. El conjunto de Marcelino arrolló al Huesca en una noche dramática que finalizó con un 2-6 en el marcador. Los goles de Melero y Gallar llegaron tarde para intentar maquillar un resultado que confirmaba el descenso de los azulgranas a la Segunda División Española. Adiós al gran sueño de la SD Huesca, ese cielo que durante una temporada, los altoaragoneses pudieron disfrutar.
Francisco llegó a la rueda de prensa pidiendo perdón a esa afición que había mostrado un comportamiento ejemplar durante todo el partido: “Pocas aficionas hay como la nuestra en España”. Ese equipo pudo, al menos, despedirse con una victoria contra el Leganés en la última jornada; un pequeño agradecimiento a toda esa afición que estuvo con ellos en todo momento y que no rebló, fieles siempre a una SD Huesca que quiere volver a soñar con la Primera División.