El BM Huesca se lanza a por una Copa del Rey imposible debido al insultante dominio del Barça en las competiciones nacionales. Llegar a la final equivaldrá a ganarla. Del Barça abajo, el equilibrio entre los equipos es absoluto y el cuadro donde se encuadra el equipo oscense es de un altísimo nivel. En la Asobal, León, Benidorm y Bidasoa han sido derrotados por el Bada; en Copa esto quiere decir exactamente nada. Es otra competición y, sobre todo, es el acceso más directo a Europa.
Que nadie espere un camino asfaltado para un Bada que abre los cuartos de final contra León, con más presupuesto, acostumbrado como club a partidos así y con una plantilla de nombres y juego. Otro tanto le ocurre a Benidorm o Bidasoa, uno de los dos será el rival de semifinales, siempre que los de Nolasco ganen a los de Manolo Cadenas. Y si se consigue, se puede decir que el trabajo estará hecho. Para cincelarlo en el currículo del club.
El balonmano en España es otra de esas curiosidades de este país. Deporte eléctrico, que a nivel de clubes y de selección prácticamente lo ha ganado todo, con entrenadores que imparten magisterio en las mejores ligas, con sus mejores jugadores, por ajustar, casi todos sus mejores jugadores, enriquecen equipos de primer nivel de toda Europa, la realidad es que aquí, cuesta que cale más allá de cuando la selección juega por una medalla y nos pegamos a la tele para ver si ganan los Hispanos. Hemos llegado al punto, en Huesca y pandemia aparte, que nos hemos ‘acostumbrado’ a ver al Barça. Ver para creer.
En este particular mundillo, lo del BM Huesca hace tiempo que es para enmarcar. Con presupuestos más que ajustados, con la lupa puesta en jugadores con proyección o rescatando a veteranos comprometidos, con absoluta confianza en el rumbo marcado pese a los vaivenes y tensiones vuelve a otra competición de esas que se reservan a los mejores. Y vuelve. Otra vez jugará con los mejores. Y conviene remarcarlo. No es la primera vez que logra con su balonmano estar, ser, elite. Y no es fácil. Menos cuando hace un año cerraba estaba Asobal, aunque dejaba señales claras de que remontaba. La Covid-19 hurtó la salida del precipicio por méritos propios, pero está bien recordar dónde estaba el Bada Huesca en el inicio del 2020 y dónde está en este 2021.
Madrid, el Wizink Center es un marco incomparable. Sin Covid-19, con mucho más de 1.500 personas en las gradas sería un gran espectáculo. Es un pabellón que impresiona, uno de esos sitios que acongoja con sus 15.000 asientos ocupados y donde Bada Huesca buscará escribir otro capítulo más en su brillante libro. Además, en estos tiempos tan duros, el hecho de que un equipo aragonés esté allí ya es de por sí una alegría. Con la seguridad de que la entrega se da por hecho, avanzar en esta Copa del Rey sería un regalo no solo para quien le gusta el balonmano, también para el que le gusta el deporte.