HUESCA | Óscar García apura la tarde con una asignatura sobre electrónica mientras recibe la llamada de sportaragon.com. Mañana coge un avión rumbo a Santander para examinarse. El central del Bada Huesca estudia Ingeniería Industrial y el próximo año su expediente académico se guardará en la Universidad de Zaragoza. Llegará en julio a un vestuario donde verá caras conocidas. Con Ian Moya ha compartido convocatorias de selecciones valencianas de base, conoce bien a Dijà de jugar con el brasileño en Puerto Sagunto y Sinfín y con Domingo Mosquera ha coincidido en selecciones inferiores con España. Y se quiera o no, tener amigos siempre ayuda para integrarse mejor en un equipo.
El central llega desde el Sinfín y firma por dos temporadas con opción a otra más, igual que hizo con el equipo cántabro. El valenciano era un jugador perseguido desde hace un tiempo por el BM Huesca. Este año terminaba contrato con el equipo cántabro y se posicionó pronto el altoaragonés para ficharlo. El central rechazó otras ofertas. “Me considero un jugador con palabra y leal”, subraya. De hecho, el Benidorm llamó a su puerta durante la temporada pero rechazó cambiar de escudo porque Sinfín estaba con pocos jugadores.
Óscar García se considera un jugador de equipo, físico y eléctrico; más central que lateral y dispuesto a adaptarse a donde le diga Nolasco. Jugador de ataque y defensa cuando le toca evitar goles suele hacerlo en el dos y le da igual en el lado derecho que en el izquierdo. Con su fichaje, el Bada Huesca tiene como centrales a Dijà, Miguel Malo, Ignacio Suárez y Óscar García. “No veo mal que estemos tantos jugadores para ese puesto. Todo lo que sea tener más efectivos mucho mejor. La temporada es larga y hay lesiones, problemas físicos…”.
En este apartado, en enero tuvo un fuerte contratiempo. Colisionó con un pivote en un entrenamiento y salió dañado en el tobillo derecho. Y eso lo arrastró durante la temporada. Ahora le toca descansar y no forzarlo. Para la próxima campaña, el objetivo que se marca es el de la permanencia sin echar abajo otros más ambiciosos, pero consciente de que parten de un equipo joven y con proyección.