La heroicidad de Cristian Álvarez en el minuto 97 evitó un susto de los gordos en el Anxo Carro. El Lugo, un equipo hundido moral y futbolísticamente, estuvo a punto de ganar a un Real Zaragoza timorato durante gran parte del encuentro. Una somnífera primera mitad acabó en tragedia con un gol lucense en el último minuto, y en el segundo acto tocó hacer lo que no se había hecho en toda la temporada: remontar. JIM no termina de dar con la tecla ante sus rivales directos, y es que en esta segunda vuelta no ha ganado a ninguno de ellos: cuatro empates y dos derrotas ante los equipos que le persiguen en la clasificación.
Iván Azón y diez más
Muchos meses llevaba tocando a la puerta de la titularidad Iván Azón. Esta vez sí, el ariete zaragozano cambió de escena y en Lugo dispuso de su sexta titularidad en lo que va de temporada para demostrar que no es menos que sus competidores de parcela.
Junto a Iván, volvieron al once Bermejo y Vigaray por Sanabria y Tejero. Dos titulares que hasta no hace mucho parecían intocables han tenido que volver a ganarse las habichuelas para partir de inicio. De esto tiene mucha culpa JIM, que ha sabido reenganchar a la dinámica competitiva a varios jugadores que se encontraban en el ostracismo absoluto. Cuanta más competencia, mejor para el equipo.
Así pues, el Zaragoza saltó con el 4-2-3-1 que viene siendo habitual en las últimas jornadas. Con Zapater y Francho en el doble pivote, Adrián por delante, Narváez y Bermejo tirados a banda, y Azón de referencia ofensiva. Un sistema que, sin embargo, frente al Lugo colisionó frontalmente durante toda la primera mitad y que el técnico alicantino tardó en modificar. El planteamiento defensivo de los gallegos bajo un recurrente 4-4-2 cercó el área local y los maños no contaban ni con las herramientas ni con la actitud necesaria para derribar la barrera alvibermella.
Posesión sin rumbo del Real Zaragoza
El Lugo le ofreció gratuitamente la pelota al Real Zaragoza. Un equipo como el gallego, en caída libre desde hace varias jornadas, no quiso arriesgar con el balón en su campo y buscó otras vías para dañar a los maños. Un planteamiento esperado e inteligente conociendo las debilidades ofensivas de los de JIM.
El Zaragoza por su parte, con un 61% de la posesión en la primera mitad, a penas inquietó la meta lucense. Las posesiones visitantes se enrocaban en Francho Serrano que desde la base de jugada no encontró alternativas para avanzar líneas con el pase. Muchos pases horizontales en campo propio y poca clarividencia en campo rival. De esta forma, la única salida que se vislumbró fue el balón largo al hueco para el tenaz Azón, a ver si sonaba la flauta. Nada descabellado teniendo en cuenta la languidez defensiva del Lugo, el conjunto más goleado de la Segunda División con 49 goles en contra.
Sin embargo, nada de eso sucedió, y fue el Lugo el que más cerca estuvo de abrir la lata. El Real Zaragoza falló en las pocas transiciones ataque-defensa que le obligaron a realizar los de Albés. En una de esas a punto estuvo de anotar Hugo Rama con un disparo rozando el palo. Un balón dividido en campo del Lugo generó una situación de superioridad numérica para los gallegos que el Zaragoza, corriendo hacia atrás, no supo frenar. El Lugo, aunque nervioso e impreciso, no estaba muerto.
Los jugadores más determinantes del Real Zaragoza no conectaban con la pelota en zonas beneficiosas para su juego. Bermejo, como siempre, se adentraba hacia dentro para ver si rascaba algo de bola; el madrileño, el más inquietante para la defensa del Lugo. Narváez desde la izquierda volvió a mostrar signos de desesperación, y tan solo los centros laterales acercaron al Zaragoza al área. Vigaray aportó un par de llegadas desde la banda derecha pero sin éxito.
De nuevo el balón parado
JIM ya expresó sus lamentaciones después del partido por haber encajado dos goles fuera de casa, y encima a balón parado. Un faceta que dijo haber entrenado durante la semana pero que al final acabó en saco roto.
El tanto de Manu Barreiro en la última jugada de la primera parte tras saque de esquina (que no era) y el tanto de Venancio a falta de diez minutos fueron los primeros goles en contra de córner desde el partido contra el Alcorcón el 22 de febrero en el que Cristian se marcó en propia. Más de dos meses sin recibir tras saque de esquina que le habían permitido al Zaragoza sostenerse mucho mejor defensivamente en los partidos. Una buena racha cortada en el peor momento.
Y es que el Lugo tan solo supo llegar a la meta de Cristian Álvarez de esta forma. En jugadas aisladas y a balón parado, los jugadores dirigidos por el novato Rubén Albés se llevaron un gran botín en forma de dos goles que a punto estuvieron de darles tres puntos igual de vitales que inmerecidos.
Reacción alterada pero con premio
El Real Zaragoza en la segunda mitad salió con un punto más de intensidad a tenor de la situación en la que se encontraba. El Lugo, decidido a conservar una ventaja valiosísima, se atrincheró junto a su guardameta y trató de jugar lo menos posible hasta el final del partido. Los zaragocistas tuvieron entre ceja y ceja la meta defendida por Varo pero sin ningún orden establecido. Una reacción alterada que hasta que no entró Eguaras al terreno de juego con 1-1 en el marcador no se canalizó correctamente.
El centrocampista navarro saltó al terreno de juego con 25 minutos por delante y con el Zaragoza decidido a anotar el tanto de la victoria. Apartado de la titularidad desde hace varias semanas, el de Ansoaín entró con ganas de reivindicarse sobre el verde. Con él en el campo, el Zaragoza generó las mejores jugadas de todo el encuentro y situó al equipo en campo rival hasta el final del choque. Algo de cordura en un partido tensionado y lleno de faltas e imprecisiones.
Cuando mejor se encontraba el cuadro de JIM llegó el jarro de agua fría. A partir de ahí, el Lugo se encerró con candado en el su propia área, más si cabe, para agarrar con uñas y dientes un excelente resultado. Con James, Chavarría, Alegría y Vuckic en la palestra, el Zaragoza avasalló al cuadro local a base de centros al área; uno tras otro en busca a la desesperada de conseguir al menos un punto. Un ejercicio de constancia ofensiva que acabó de la forma más inesperada…
Un mal menor para el Real Zaragoza
Bien es cierto que a estas alturas de la temporada cualquier punto vale oro. Pero no es menos cierto que el del Lugo era uno de esos partidos marcados en rojo en el calendario en los que sumar tres puntos vitales, y que el empate sabe a poco. El partido en líneas generales del Real Zaragoza fue flojo, deficitario. En la primera parte no supo descifrar a un Lugo bien plantado sobre el campo y el balón parado volvió a condenar a los maños. En el segundo acto, con la soga al cuello, se mejoró en actitud y en eficacia pero, al final, de no ser por el milagro de Cristian en el último aliento del partido, estaríamos hablando de una herida grave para el Real Zaragoza.
Toca esperar a los resultados de los rivales directos. Quedan 15 puntos para terminar la temporada y todo hace indicar que hasta el final el Real Zaragoza tendrá que luchar cada partido como un auténtica final, sin especular lo más mínimo. Al final, un mal menor en Lugo, donde Cristian volvió a obrar el milagro.