ZARAGOZA | El Real Zaragoza consiguió por la vía de la épica lo que antes había merecido en el fútbol. Lo hizo en el punto en el que todo parecía perdido, aferrado a un último arrebato, convencido de que el descuento podía ser suyo. Entró al partido frío, sin darle importancia a los detalles. En ese contexto, un córner a favor fue su condena.
El sistema le dio argumentos al Zaragoza, que supo expresarse a través del pase. Progresó por el perfil derecho, donde Marcos Luna es ya una certeza. Su fútbol se explica a través de la insistencia, de una voluntad perpetua. Ayer firmó su mejor partido: pisó la línea, ganó la banda y proyectó los mejores centros. El canterano convirtió el boceto en el mejor de todos los dibujos.
Como el fútbol del Zaragoza se entiende mejor a través de sus cachorros, no extrañó que Pau Sans y Francho Serrano coincidieran en la jugada definitiva. Pau encontró el abrigo de Francho en su llegada al vestuario y ese lugar de hermano mayor hace que los dos se entiendan sobre el césped. Francho terminó la frase de Pau, en una fórmula que ya tuvo éxito en Cartagena. El recurso pareció entonces una fábula, ayer fue la ultima bala.
En el fútbol a veces ganan los buenos y en el Real Zaragoza siempre suma su cantera. 9 de los últimos 10 tantos parten de ese lugar: el verdadero milagro del Zaragoza está en su Ciudad Deportiva.