Un 0 a 3 suele parecer siempre un buen resultado. Esas cifras en el luminoso acostumbran a dejar clara la superioridad de un equipo sobre otro y el dominio ante el gol del conjunto vencedor. Nada de eso. En esta ocasión, el Real Zaragoza pudo firmar un 0 a 3 debido al escaso potencial del Córdoba y sus numerosos errores defensivos que le hacen parecer más un fantasma que un equipo con posibilidades reales de competir.
Víctor Fernández sustituyó al lesionado Igbekeme por Ros, desplazó a Vázquez a la banda y puso al destronado Gual como referente arriba. Un 4-2-3-1 que dejó a Pombo en el banquillo, varias semanas después de su última suplencia.
El Real Zaragoza desplegó un juego desordenado y caótico durante la primera mitad. El equipo tan solo lograba progresar en ataque cuando Nieto subía por banda e intentaba combinar con la zona interior del equipo. En cambio, el Córdoba fue ganando posesión y tuvo en Andrés Martín a un claro referente atacante para poder haberse adelantado en el marcador.
La entrada de Guti por Soro, lesionado, movió las posiciones en la línea de tres situada detrás de Gual. Guti se escoró a banda para que Biel pasara a ocupar la mediapunta. Ligeros retoques que no cambiaron ni el dibujo ni el bajo rendimiento zaragocista.
El Real Zaragoza se mostró preso de su propio caos futbolístico con una falta de criterio que le hizo incluso, ser incapaz de tirar entre los tres palos durante la primera mitad del encuentro.
Gual salda su deuda
Tras el paso por vestuarios, llegó el festival de Gual. El Real Zaragoza, no nos engañemos, siguió jugando igual de mal pero tuvo algo de lo que el Córdoba carece: gol. Y además, por partida triple. Marc Gual emergió como un oasis en el desierto del juego zaragocista. En 18 minutos hizo tres goles que saldan su deuda con el Zaragoza. Se le fichó como referente atacante y no cumplió, pero ayer le dio a los blanquillos una victoria vital.
El Córdoba siguió presionando la salida de balón zaragocista, provocando pérdidas importantes con Eguaras como protagonista. Afortunadamente, el siempre atento Cristian no permitió que los andaluces se aproximasen en el marcador.
Real Zaragoza y Córdoba se mostraron como dos equipos con muy poco fútbol que expusieron claramente los motivos de su situación en la tabla. La única diferencia entre ambos conjuntos estuvo en los goles de Gual.
Nadie esperaba nada de él, sin embargo Gual demostró en sus goles una definición digna de cualquiera de los mejores delanteros de la categoría. Tuvo su día y en él radicó la única diferencia entre ambos conjuntos. Una diferencia que está vez sí, le valió al Zaragoza tres puntos claves en una temporada digna de olvidar.