El Real Zaragoza se mide a la UD Las Palmas en un partido de la verdad, en lo que es casi un todo o nada para Juan Ignacio Martínez. Y como sucede en todos los duelos que se disputan últimamente en La Romareda, se jugarán muchos partidos en uno solo. Las novedades sobre la venta no cambiarán la respuesta de la afición y la protesta del minuto 32 volverá a ser el marco del encuentro.
La Federación de Peñas pide una limpia general y no un mero traspaso de poderes. Con los nervios a flor de piel, desconfía de una negociación y de una puja a la carrera entre dos bandos. El fondo estadounidense parece haberle ganado definitivamente la batalla al Grupo Orlegi. Esta opción, camuflada hasta el momento en una cláusula de confidencialidad, promete una inversión de 20 millones de euros y la posterior refinanciación de la deuda.
El grupo estadounidense, ganador en la subasta
Del grupo vencedor no se sabe demasiado. Se sospecha que es una agrupación de inversores que ya tienen la propiedad de un equipo de la Major League Soccer. Su única carta de presentación emitida desde el club llegó a través de Fernando de Yarza: “No es un príncipe árabe. Es un grupo profesional, solvente, serio, que conoce el mundo del fútbol».
La derrota, casi consumada, del Grupo Orlegi no se entiende sin el peso de una deuda cercana a los 68 millones de euros. Es probable que llegaran más tarde a la puja y con algunas condiciones distintas. Se interesaron a través de la Liga por la situación económica del club, pero priorizaron la refinanciación de la deuda a la inversión inicial.
Según dijo Yarza en Cadena Cope, el accionariado se había unido a contrarreloj para tomar una decisión definitiva. Pero curiosamente, los dos grupos en la puja, el vencedor y el vencido, han puesto la misma condición: la permanencia del Real Zaragoza en Segunda División. En la redacción del contrato con el fondo norteamericano se incluirá una clausula de suspensión en caso de descenso. Y el cierre de la operación, como era de esperar, será más cuestión de días que de horas.
Un partido en el alambre
En ese contexto llega el Zaragoza al partido, con muchas distracciones y todos los frentes abiertos. El veredicto de la grada admite también más culpables, con Juan Ignacio Martínez más señalado que nunca tras unas torpes declaraciones. La directiva se llevará la peor parte y Torrecilla algunas burlas sobre su pomada.
Enfrente, estará un equipo irregular pero con talento para jugar en cualquier parte. JIM recupera todas sus opciones en la plantilla y espera un regreso feliz de Sabin Merino al once. Con él buscará el equipo aragonés un triunfo imprescindible, en un día vital para vencer.
Si en el Zaragoza nunca se sabe lo que puede pasar mañana, lo único que verdaderamente importa es lo que se jugará hoy.