ZARAGOZA | El fútbol era agonía, una prueba a vida o muerte. Lo mostró el color rojizo del recibimiento, los gritos de agonía. Era un camino en la cornisa, una batalla ante la historia. El balance de la jornada situaba el miedo en la garganta. Y el Zaragoza logró el empate sobre el precipicio, con un gol de Sergi Enrich sobre la hora. El partido fue un carrusel de emociones, un rescate en plena emergencia. Nadie siguió a Adrián Liso, que pareció solo contra el mundo, y el empate se escribió a través de un acto de fe, un arrebato de pura insistencia.
La permanencia se escribía con un triunfo, pero el grupo dio por válido el empate en el alambre, quizá porque estuvo herido de muerte durante mucho tiempo. Los miedos los dibujó Álvaro Giménez y Sergi Enrich evitó la peor de todas las tragedias. Resucitó el Zaragoza, cuando ya había muerto de cobarde, cuando el partido era puro llanto. Del cielo recogió Enrich un balón de Alejandro Francés y logró un tanto que puede cambiar la historia. No sabemos si la suya, pero sí la de un club en plena decadencia.
Una imagen sirve para definir los recursos del Zaragoza, aferrado ya a la zurda de Adrián Liso como único recurso. El canterano marcó pronto y probó en media docena de ocasiones que el fútbol es de valientes: que el único camino es el que describe su regate. Con todo perdido empató el Zaragoza, en un equipo que encontró a la desesperada, un golpe de aire, un halo de vida.
Mientras Liso era un tesoro, Álvaro Giménez era una condena. El delantero alicantino validó la ley del ex en La Romareda, bordó los remates para encender todas las alarmas. La regla parecía escrita antes de tiempo: Álvaro Giménez ha recuperado lejos de Zaragoza el sonido de los goles y todo el mundo supo pronto que aquí no se le iba a acabar. Hasta ese punto, agrandó la herida, hasta tumbar a todo el equipo en la lona.
La tragedia se mascó en la segunda mitad, cuando Giménez convirtió en reales todos los peligros que se avecinaron en la primera. Logró el Zaragoza el inicio soñado, pero perdió el tiempo y la ventaja, quiso conservar en un juego que siempre fue de los intrépidos. Liso acudió puntual a la cita, veloz al segundo palo. Mollejo lo inició todo, Fran Gámez buscó el centro y Azón encontró la prolongación. Allí apareció, un segundo antes que el resto, Adrián Liso para encaminar el truinfo.
Se durmió el Zaragoza, que permitió el despertar del Racing de Ferrol, que creció a través del pase de Jeús Bernal y el regate de Iker Losada y Nico Serrano. Ganó terreno, duelos y batallas el Ferrol en la primera mitad, hasta lograr que la lluvia cayera a su favor. El equipo de Cristóbal Parralo puso el jardín y logró que las flores crecieran en la segunda. Para el Zaragoza solo hubo ceniza, temor y pura tristeza.
El descanso llegó con la victoria en el bolsillo, pero con el miedo en el cuerpo. Y Álvaro Giménez se encargó de convertirlos en realidad. En La Romareda fue el verdugo ideal, el dueño de dos remates definitivos, de dos estocadas de muerte. En la primera, peinó el balón en una vaselina perfecta. En la segunda, logró empalar una media volea perfecta, inalcanzable para Cristian Álvarez.
La balanza tumbó al Zaragoza, que solo pudo aferrarse al empate por el camino que dibuja Liso. Es un adolescente, pero demostró en el peor momento que es un futbolista de verdad. Llenó el partido de golpeos, de regates y de centros. Fue un futbolista de la calle, jugó al gato y al ratón, tuvo corazón y hambre. No fue él el artífice del empate, pero sí el mejor jugador sobre el césped.
En ese lugar, en el del desfibrilador, apareció un protagonista inesperado. Era el último intento, la única prueba de vida del Real Zaragoza. Y la trazó Alejandro Francés con su centro, la encontró Sergi Enrich con un remate que siempre tuvo, y que aquí nunca había mostrado. Fue un acto de fe, un guiño de la suerte. Solo así encontró el Zaragoza un halo de luz, un empate de pura esperanza, un punto en la agonía.
Ficha técnica
Real Zaragoza: Cristian; Fran Gámez, Francés, Jair, Zedadka (Lecoeuche 82’); Mollejo (Valera 62’), Lucas Terrer (Vaquero 56’), Jaume Grau, Maikel Mesa; Adrián Liso, Iván Azón (Sergi Enrich 62’)
Racing de Ferrol: Cantero; Cubero, Jon García, Clemente, Brais Martínez; Óscar Pinchi (Álex Martín 82’), Jesús Bernal, Josep Señé (Manzanara 67’), Nico Serrano, Iker Losada (Álex López 75’); Álvaro Giménez
Goles:
1-0: Adrián Liso (3’)
1-1: Álvaro Giménez (48’)
1-2: Álvaro Giménez (55’)
2-2: Sergi Enrich (92’)
Tarjetas amarillas: Mollejo (22’), Brais Martínez (38’), Clemente (43’), Óscar Pinchi (67’), Álex López (70’)