Miguel Linares fue sin duda el protagonista en Almería. Ni la llegada de una figura tan mediática como la de Guti a los banquillos le impidió al delantero aragonés ser la imagen de un serio partido del Real Zaragoza.
Los de Víctor Fernández llegaban a Almería con las reconocidas e insustituibles bajas de Cristian Álvarez y Luis Suárez. La vuelta de Kagawa y la apuesta por Soro y Pombo para completar el ataque eran la esperanza ofensiva. José María Gutiérrez debutaba como entrenador en la Liga Smartbank dando continuidad al equipo sureño y con la intención de llevar el peso del partido.
Intenso arranque del Almería
Así lo fue en los primeros 15 minutos. Un inicio cálido e intenso que sometió al Real Zaragoza a vivir muy atrás. 3 córners casi consecutivos e incluso un mano a mano de Darwin sembraba la intranquilidad en el equipo maño. Dicha ocasión clara llegaba tras un mal pase de Jorge Pombo en el centro del campo, que despertó el miedo a las pérdidas.
Esa acción marcó el devenir del resto de la primera parte. Los blanquillos adquirieron el peso de la pelota y enfriaron el partido a la temperatura que predomina este fin de semana en Aragón. Sin embargo el miedo seguía ahí. El Real Zaragoza no fue capaz de crear grandes ocasiones porque a pesar de ser dueño del encuentro no filtraba entre líneas ni permitía llegar arriba a sus laterales.
El Real Zaragoza enfrió el partido, pero tuvo miedo
Sin riesgo no hay gloria, y el Almería encontró en los últimos minutos del primer envite su oportunidad. De nuevo una pelota parada martilleaba al cuadro de Víctor. Un centro bien puesto de Aguza encontraba a Darwin Nuñez completamente solo para hacer el 1-0. Los dos centrales, Guitian y Clemente fueron responsables por la falta de contundencia aérea. Ambos tienen grandes virtudes, pero esa faceta no la dominan y le volvía a costar puntos a los maños.
En el segundo tiempo el Real Zaragoza fue sin duda mejor. El ecuador de la primera parte había mostrado el camino a seguir y no dudaron en seguirlo. Circulación de balón responsable, equipo junto tras pérdida y buenos detalles de Kagawa y Soro. El nipón tras quedarse fuera de la última convocatoria mostró una versión notable y el ejeano se mostró acertado y al servicio del equipo.
Guti y Linares, artífices del gol zaragocista
Sin embargo quedaba la guinda. Sin la profundidad de Luis Suárez ni Dwamena el Real Zaragoza carecía de mordiente arriba. Ni amenaza al espacio ni instinto rematador. En ese contexto apareció un renacido Miguel Linares para golpear al Almería. En una de sus primeras intervenciones se encontró un mano a mano que definió con la tranquilidad y la calidad de un profesional del gol.
A sus 37 años Linares no ha perdido la ilusión por jugar al fútbol ni por vestir la camiseta de su equipo. Tras tantos años sin poder ser jugador del Real Zaragoza, el de Fuentes de Ebro se agarra a un clavo ardiendo, y la fortuna le concedió esa oportunidad. La fortuna y un excelente Raúl Guti. El centrocampista, ya afianzado en el doble pivote, recuperó, regateó y le puso un pase al espacio maravilloso a su compañero.
El Real Zaragoza sonreía y así lo hizo durante el resto del partido. Más cerca estuvo el segundo visitante que el local aunque la falta de “punch” arriba seguía siendo evidente. Entraron Papu y Álex Blanco buscando desborde y velocidad. El primero a punto estuvo de marcar tras culminar un contragolpe con un disparo cruzado al palo largo. No fue suficiente y andaluces y aragoneses firmaron las tablas.
El gol de Linares deja tercero al Almería y sexto al Real Zaragoza. No obstante el equipo de Víctor Fernández se puede marchar con el regusto del buen trabajo realizado y su superioridad en un campo complicado a pesar de poseer bajas de importante calibre.