HUESCA | El Bada Huesca 2024/25 se tendrá que reinventar. Es una costumbre. El altoaragonés es un equipo lanzadera por lo que cada temporada pierde a alguno de sus efectivos más vitales y vistosos. Esta vez no ha sido distinto. Aunque quizá una de las bajas más sensibles ha sido la de Gucek, el especialista defensivo. El esloveno era (es) un tipo muy querido en el vestuario. Le costó tomar la decisión de salir… y no se sabe qué ocurrirá dentro de dos temporadas. Al menos, en unas declaraciones a Sportaragon antes del último partido de la 2023/24, dejó la puerta de un posible regreso entreabierta.
Su salida del equipo obliga a buscar sustituto acorde a una filosofía de club marcada por el presupuesto, siempre ajustado, siempre limitado. Eso obliga a peinar el mercado con ojos de futuro. Por poner un nombre propio gusta el pivote de Puerto Sagunto Artur Parera, formado en las filas del Barça. También se mira en mercados de fuera como ocurriera con Danylo, aunque no fructificó. Ahora se mira en Portugal. El objetivo es el de siempre, una de esas perlas por pulir, con recorrido.
La tristeza de Gucek
Lo que está claro es que Rodrigo Benites, el mejor en este puesto de esta ASOBAL, para Nolasco y para más de un entrenador de la competición, necesita de descanso en los partidos. Gucek firmó cuatro temporadas defendiendo el escudo del BM Huesca y deja tanto el club como la ciudad, “obviamente, con tristeza”, dice. “Voy a echar mucho de menos este sitio del que he aprendido tanto, dentro y fuera de la pista”, señala. El esloveno irrompible busca nuevos retos y previsiblemente la próxima temporada juegue competición europea. Esto es lo que más le motivó a tomar la decisión.
En el momento del adiós, también tiene fresco el día de su llegada, una noche de julio de hace cuatro años. Recuerda cómo los ‘fernandos’ –Pérez y Udina- le recogieron en Zaragoza y también la “primera”, acota, jarra de cerveza que se tomó en la capital altoaragonesa, en el bar La Factoría. Llegó a un país nuevo, un vestuario nuevo y a una liga nueva. “Y en dos semanas ya me sentía como uno más de la familia”, desliza.
Deportivamente, cuatro temporadas después y con el mismo cuerpo técnico siente que ha crecido como jugador. Y extiende su agradecimiento a los compañeros de equipo. “Siempre que me han dado un consejo lo he agradecido y creo que eso me ha ayudado. ASOBAL es un balonmano diferente y seguro que voy a utilizar lo aprendido”, explica. Sonríe cuando se le dice que es letal a la contra, y especialmente cuando lanza en 9 metros que en los 6. “Me gusta correr, tengo piernas largas y eso hay que aprovecharlo”, matiza entre risas, y toca el parquet al recordar que es un jugador casi irrompible. Que regrese o no Gucek se verá con el tiempo. Lo que está claro es que se marcha con un gran recuerdo de la ciudad y del club.