ZARAGOZA | Víctor Fernández debe cambiar la escena a domicilio ante el Mirandés (domingo, 18:30 h, Anduva), en un estadio que siempre pareció especialmente difícil para el Real Zaragoza. Una prueba son sus últimas dos derrotas, en las que el equipo maño nunca le supo tomar la medida a Anduva, un escenario especial en casi todo. Lo es en el ambiente, en el juego y en sus dimensiones. La sensación espacial se reduce y el fútbol premia al valiente, al ganador de los duelos directos.
Las bajas marcan el partido, con Mollejo y Francho Serrano situados en la enfermería. En ese contexto, Víctor Fernández encuentra posibilidades y soluciones en la cantera. Las suyas nunca fueron de cara a la galería, sino una oportunidad real para el talento. Curiosamente, la apuesta llegará en un campo en el que se premia la juventud, el fútbol en ciernes.
En ese sitio, se espera que Adrián Liso repita oportunidad y no se descarta que sea titular por primera vez. A Víctor le gusta su valentía, una idea singular: pertenece a un fútbol de otro tiempo, vertical, y su juego se construye a la carrera, a través del desborde, el centro y el disparo. Pau Sans también viaja a Miranda, en busca de los goles que este equipo necesita sin demora. Tiene intuición, picardía y un juego que se aplica con el mismo éxito en el barrio que en la élite.
El Real Zaragoza en Miranda
En Anduva se enfrentan dos rachas pobres: el Zaragoza no ha marcado en los últimos cuatro partidos, en los que acumula tres derrotas y un empate. El Mirandés, por su parte, solo ha logrado ganar uno de los últimos seis encuentros. La consigna de Víctor siempre fue clara: todo debe girar alrededor de la pelota. Y en Anduva la ley no será distinta, ante un equipo atrevido, pensado más para atacar que para defenderse. Ningún ejemplo parece mejor que el de Carlos Martín, objetivo del Real Zaragoza durante el verano y quizá el mejor estreno de este curso en la categoría.
Un equipo decidido y valiente
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— Real Zaragoza 🦁 (@RealZaragoza) March 22, 2024
En los banquillos se miden además dos entrenadores que entienden el fútbol de la misma forma, por mucho que pertenezcan a dos generaciones distintas. Víctor Fernández y Alessio Lisci representan el juego original, el lenguaje del pase, del ataque vertical y la presión adelantada. Un deporte que se centra en marcar un gol más que el contrario, no en limitar las virtudes del otro. La diferencia reside en el tiempo. Víctor Fernández busca cerrar la obra que dejó inacabada en La Romareda; Lisci evoluciona en Miranda, un equipo ideal para las primeras y las segundas veces.
Las bajas obligan a Víctor Fernández a hacer cambios en todas sus líneas. En defensa se espera que Jair Amador y Lluís López coincidan, mientras Santiago Mouriño gana opciones para repetir en el lateral. No hay dudas de que Lecoeuche ocupará el izquierdo, mientras en la media se espera que Marc Aguado y Toni Moya coincidan en la base de la jugada. El verso libre será de nuevo Maikel Mesa. Y de él se espera que sea el signo distintivo, la magia entre tinieblas.
Arriba, Sinan Bakis regresa al centro del escenario. Víctor le exige más de lo que ha dado, pero le da cariño para encontrarlo. Su último ensayo, en un remate acrobático, da esperanzas a todos sus fieles. En los perfiles, el Real Zaragoza atacará con la zurda. Germán Valera en el costado derecho y, presumiblemente, Adrián Liso en el izquierdo. En la sombra, y como una de las únicas opciones, descansa Manu Vallejo.
El Real Zaragoza se ha ilusionado con la llegada de Víctor Fernández, pero necesita triunfos para creer en sus milagros. Ninguna oportunidad parece mejor que la de Anduva, dónde la estadística se viste de embrujo o de maldición. Para poder mirar con distancia el peligro, conviene vencer cerca, sin ir más lejos en Miranda.
Posibles alineaciones:
CD Mirandés: Ramón Juan; Vicente, Pablo Ramón, Barcia, Barbu, Jonathan Gómez; Álvaro Sanz, Reina, Chaira; Carlos Martín y La Gumina.
Real Zaragoza: Edgar Badía; Santiago Mouriño, Lluís López, Jair Amador, Quentin Lecoeuche; Marc Aguado, Toni Moya, Maikel Mesa; Germán Valera, Adrián Liso y Sinan Bakis.
