ZARAGOZA | El Real Zaragoza se mide al Andorra CF (hoy; 20:30 h, La Romareda) en busca de un triunfo reparador. El nuevo año trajo a un equipo con más dudas del que se fue al parón, que malgastó 26 para días en un partido en el que no llegó a comparecer. El contexto pudo con Velázquez, pausado en su discurso, pero cansado ya de algunas preguntas en rueda de prensa. El técnico recapitula los partidos que el equipo pudo ganar, pero sabe como todos que solo un triunfo real puede cambiar el ánimo.
No hay mejor lugar para modificar el panorama que La Romareda, donde llegó la única victoria de Velázquez. Lo intentará de nuevo, en una noche marcada por el frío y por la lluvia. Los registros del Zaragoza son también de puro hielo: una victoria en 13 partidos y dos en los últimos 17. Hasta el momento, ni siquiera la fe más ciega puede sostener a una plantilla con más futbolistas que rendimiento.
En busca de la comunión y del triunfo está el Zaragoza de Velázquez. Enfrente, un Andorra en problemas. El equipo de Éder Sarabia mantiene una apuesta romántica, una defensa ferviente del juego posicional. Sigue siendo un equipo con estilo propio, pero los resultados del curso pasado le han abandonado. Sin los mejores intérpretes de entonces, tres de ellos en las filas del Zaragoza, el Andorra se ve en plena lucha por la permanencia.
A la misma distancia del cielo y del infierno está el Zaragoza, que debe decidir con una victoria una batalla mejor. Para el duelo, Velázquez medita cambiar el sistema y la aparición de Lluís López entra en las cábalas. Estará Francho Serrano, ubicado en la media en esta ocasión, en su lugar de siempre. Y en el resto de las causas hay más dudas, quizá con Azón para más de media hora. A su lado, en el lugar del gol, espera un guante elegante: Maikel Mesa.
La decepción del pasado lunes admite una cura hoy, en otra jornada zaragocista fuera del fin de semana. El equipo de Julio Velázquez quiere corregir la imagen de Elda y que el reloj vuelva a sumar las horas a su favor. Se enfrentará a la posesión interminable del Andorra de Éder Sarabia. Y en un día de lluvia, el Zaragoza ya sabe que solo un triunfo puede calmar las aguas. De lo contrario, no habrá fe para las escépticos ni tampoco para los creyentes.