El Alcoraz recibió la temporada como local dejando claras las cosas. La ambición del equipo no conoce límite y, pese a estar en la jornada 2, ya deja unas sensaciones difícilmente mejorables. La calidad de la plantilla y el juego de la SD Huesca fueron abrumadores y barrieron a un Deportivo de la Coruña que, salvo en momentos muy concretos, no pareció ni haber bajado del bus.
Álvaro Fernández (8): Titular. Pese a la llegada de Rubén Yañez a la meta oscense, el joven portero está dejando muy buenas sensaciones bajo los palos oscenses. Sale con seguridad, se involucra en la creación de juego y gusta a la parroquia azulgrana. En el gol no podía hacer nada.
Pedro López (8’5): Veterano. Pese a su edad, su partido es para enmarcar. La primera parte, doblando constantemente a Raba, generó superioridades y puso buenos balones. Defensivamente no sufrió. Una gran alternativa para partidos en los que Michel no quiera ser tan vertical.
Pulido (9): Crecido. No extrañaría a nadie si mañana algún primera pagase su cláusula. Sumó al ataque y fue un muro en defensa. Cuajó un partido bastante completo. Estuvo a la altura al brazalete de capitán que luce esta temporada.
Hermoso (7’5): Sorprendente. Si hubiese sido un fichaje que llega con un par de años de experiencia en la categoría, toda la afición se lo creería. Pese a llegar solo un par de partidos en Segunda, genera una sensación de tranquilidad extraordinaria para su edad. Seguro por arriba especialmente, aunque con alguna carencia más con el pie, no sufrió tampoco en los 90′.
Luisinho (9): Asombroso. Un choque más, Luisinho lo pone difícil al resto de los laterales de la categoría para hacerlo mejor que él. Aportó algo menos en ataque, pero volvió a ser un estandarte en cuanto a defensa y creación. Tuvo sus rifirafes con el árbitro, pero no pasó de ahí.
Mosquera (8): Recuperador. Parece un espejismo del mejor Aguilera. Desborda criterio en todas sus acciones. Aunque sí falló en el único gol visitante, es el cerebro del equipo. Pasa y distribuye de maravilla, no pierde el esférico y, además, genera mucho cortando y presionando al rival.
MVP | Mikel Rico (9’5): Maratoniano. El partido de Mikel no se puede describir con adjetivos. Luchó, corrió, defendió y atacó. Lo hizo todo. Y lo hizo todo bien. Pocos veinteañeros podrían correr y aportar la intensidad del vasco.
Ferreiro (8’5): Desafortunado. El premio del gol es lo que le faltó al gallego, pero el palo se lo negó. Su trabajo también fue excelente, tanto apoyando en defensa como combinando arriba para generar peligro.
Eugeni (9’5): Sigiloso. Desde la sombra y sin ser excesivamente vistoso, su partido fue para grabarlo y verlo repetido. El premio del gol fue solo la guinda a una actuación brillante. Pasando y regateando con criterio, precisión y sin florituras. Su partido estuvo marcado por la efectividad. Será una gran pérdida para la plantilla si finalmente abandona la plantilla.
Raba (9): Protagonista. Su gol es de los más espectaculares que se han visto en los últimos tiempos en El Alcoraz. A parte de ello, generó mucho por su banda, abusando de nuevo de su velocidad y su gran capacidad para el regate.
Escriche (8’5): Boxeador. Recordó a Chimy Ávila arriba. Luchó absolutamente todos los balones, y de su presión nació el gol de Eugeni. Le falta terminar las jugadas y quizá eso le cueste el puesto, pero sus ganas no dejan indiferente a nadie.
Los cambios
Cristo (8): Creciente. Con el 10 del mítico Juanjo Camacho que heredó de Álex Gallar, el joven tinerfeño dejó algunos detalles bastante buenos de lo que puede ofrecer ofensivamente. Le faltó entenderse mejor con sus compañeros pero promete mucho. De aquí a 2 o 3 jornadas no extrañaría verlo de titular.
Sergio Gómez (7’5): Eléctrico. Pese a no tener a penas tiempo para hacer nada, sí tuvo una ocasión muy buena en la que sorprendió con su punta de velocidad. Los tintes cuando tiene el balón en su posesión son los que deja un jugón.
Juan Carlos (7): Eficiente. Sin tiempo para hacer mucho, entró con el partido dormido y generó un par de ocasiones. Pudo haber marcado pero cedió a Ferreiro un pase de la muerte que se fue al palo.