El Real Madrid aterrizó el sábado en el aeropuerto de Huesca y con ello la ilusión invadió las calles de la ciudad. El actual campeón de Europa no te visita todos los días y eso se palpó durante toda la semana previa. Los blancos se llevaron el encuentro por la mínima y tres puntos que les permiten seguir en la pomada por la Liga. El juego del equipo de Solari dejó mucho que desear y la SD Huesca tuvo opciones claras de lograr algo histórico.
El partido dejó la mejor entrada en el feudo azulgrana en lo que llevamos de temporada: 7.341 almas se dieron cita en El Alcoraz para arropar a los suyos, a pesar de los malos resultados cosechados en las últimas jornadas. Atrás quedó la que hasta el domingo era la mayor entrada registrada, cuando el Espanyol de Rubi visitó tierras oscenses. Aquel día fueron 6.964 personas.
Desde el pitido inicial se vislumbraba un ambiente especial, de fiesta, en el que cada saque de banda o esquina favorable al Huesca se celebraba con energía. La parroquia azulgrana estaba viviendo uno de los momentos más esperados desde aquel ascenso en Lugo y la ilusión fue el arma que dispuso toda una ciudad para arropar a los altoaragoneses. Melero, que reaparecía en Liga tras su lesión de pubalgia, tuvo en su cabeza la ocasión más clara pero el destino quiso que ese balón se desviara más de la cuenta.
Las peñas madridistas se dieron cita en Huesca
El encuentro de peñas celebrado en la mañana del domingo en el Palacio de Congresos de Huesca contó con una gran representación por parte del club blanco. El vicepresidente segundo, Eduardo Fernández de Blas y el director de Relaciones Institucionales, Emilio Butragueño, estuvieron presentes en dicho acto. Además, también se contó con la presencia de la leyenda madridista Roberto Carlos y con el exjugador Canario.