El Real Zaragoza volvió a perder en el Carlos Belmonte ante el Albacete. Ya no es una novedad que los blanquillos muestren su peor cara en los momentos clave de la temporada. Una tendencia que deben invertir de forma inmediata si quieren sacar algo positivo de unos playoff para los que se han clasificado gracias a las rentas del pasado y no por los méritos del presente. Ahora, para que el futuro pueda cambiar hay que comenzar por hacer autocrítica, sobre todo en la zona defensiva del equipo.
Ante el Albacete, Víctor Fernández también tuvo su parte de culpa. El experimento de situar a Vigaray como central por primera vez esta temporada en el partido que suponía la última bala para apurar las opciones de ascenso directo, no fue una buena idea. Una situación que aún se agrava más si tenemos en cuenta que su acompañante era un Atienza que no para de dar problemas defensivos al Real Zaragoza en los últimos partidos. Esta vez tardó poco más de 10 minutos en provocar un absurdo, a la vez clarísimo, penalti que el Albacete transformó en el 1 a 0.
Los de Alcaraz no tardaron en darse cuenta de la debilidad defensiva del Real Zaragoza que además, en ataque, tampoco era capaz de llegar al área rival. Suárez estuvo una vez más solo y perdido, a pesar de los tímidos ataques de Burgui con los que intentaba suministrar balones al colombiano. El Albacate seguía atacando y en el 21, un balón rechazado por Cristian no fue interceptado por ningún miembro de la defensa zaragocista. Mención especial merece aquí Vigaray que se quedó totalmente pasivo mirando como Gorosito hacía el 2 a 0.
Aunque el Zaragoza recortó distancias desde el punto de penalti, fue algo puramente anecdótico. El partido estaba ya claramente inclinado del lado manchego. Antes del descanso llegó el 3 a 0 en el enésimo error de la defensa blanquilla. El tercer gol del Albacete nació en un córner a favor del Zaragoza. Algo totalmente incomprensible. Con apenas dos pases, los locales ya estaban al borde del área de Cristian. El argentino volvió a salir precipitadamente, algo que viene haciendo ya en los últimos partidos de forma habitual y que demuestra la poca confianza que tiene en sus compañeros de la defensa. Algo, por otra parte, totalmente comprensible.
El Albacete aún tenía otro gol guardado en la recámara. En el descanso, Víctor dio entrada a Clemente para jugar en el lateral en lugar de Nieto que fue un auténtico coladero. El Zaragoza no se había asentado todavía en el césped cuando un saque de banda terminó en un nuevo remate de Ojeda. Esta vez el que falló fue Delmás.
Un 4 a 1 que demuestra la pésima forma de la defensa zaragocista. 22 goles encajados en 10 partidos, 13 en los últimos 4 partidos. Ante Rayo, Oviedo y Albacete la meta del Real Zaragoza ha sido batida en 4 ocasiones. Unas cifras que reflejan un problema defensivo originado porque el equipo que era el Real Zaragoza hace semanas ha quedado reducido a once futbolistas que saltan juntos al terreno de juego pero que, una vez en él, cada uno hace la batalla por su cuenta. A partir de ahora la batalla será solo una y para eso el Real Zaragoza deberá estar más unido que nunca.