ZARAGOZA | El año pasado, el liderato provisional se escapó en El Molinón en el minuto 98, una espina que nos costó siete jornadas quitar de encima antes de volver a sumar los tres puntos. Ambos equipos llegan en una situación similar a la del año pasado, pero esta vez, somos los villanos. El partido ante el Sporting se presenta nuevamente como uno de los más complejos e importantes de la Liga 24/25 para el equipo maño, los rojiblancos solo suman seis puntos en seis jornadas y están a uno del descenso. Sin embargo, somos plenamente conscientes de su relevancia, y Víctor Fernández lo sabe bien. Por primera vez, los tres mosqueteros —Bazdar, Francho y Aketxe— saltan como titulares en el once inicial. A pesar del buen planteamiento inicial y los sólidos primeros minutos de juego, solo un disparo al pie propio podía arruinar el momento positivo del equipo. Lo que nadie esperaba era que fueran cartuchos de escopeta, en el que un error desembocara en otro aún peor. Así fue para Enrique Clemente, quien, tras un fallo defensivo suyo y de Vital, facilitó que Guille Rosas marcara en el minuto 27´. Para colmo, al inicio del segundo tiempo, Clemente fue expulsado con una roja directa tras cometer un error propio de preferente como último hombre.
Este es el quinto partido fuera de casa en las siete jornadas disputadas. A la espera de lo que haga el Racing en su estadio, el Real Zaragoza saltaba al campo con la esperanza de finalizar el fin de semana como líderes. El encuentro comenzaba de forma intensa, con un ritmo elevado, sin un patrón claro y muchas idas y vueltas. Ambos equipos cuentan con jugadores alternativos en sus filas, y las defensas se imponen con contundencia ante los desplazamientos largos y amplios. Sin embargo, el Sporting no solo se enfrentaba a los maños, sino también a la presión que conlleva una posible derrota en casa. Y se nota en el campo.
Tras los primeros diez minutos de juego, el Real Zaragoza se establece como el promotor del ataque. Con una línea defensiva alta, lograban recuperar el balón anticipándose al arranque ofensivo del equipo local. Aketxe aporta clase y visión, acompañando el juego en todo momento; Francho contribuye con su dinamismo, y Bazdar añade llegada. Además, Clemente, en su primera titularidad, jugaba como lateral invertido, apoyando al ya ovacionado Adrián Liso. El equipo de Víctor Fernández fluía con confianza por el campo.
Cuando el Gijón lograba salir con balones largos, se acercaba al área rival con peligro, aprovechando la velocidad de Otero y Dubasín. Un error desafortunado de Clemente al intentar cortar un contraataque, sumado a la falta de contundencia de Vital para resolver la jugada, permitía al Sporting de Gijón anotar el primer gol del partido. Guille Rosas marcaba en el minuto 27. El conjunto de Víctor Fernández, que hasta ese momento había mostrado valor y una buena imagen, se desinfla tras el golpe. El equipo rojiblanco comienza a disfrutar del partido, y Poussin se ve obligado a intervenir hasta en tres ocasiones seguidas en menos de veinte segundos para frenar un ataque que, de milagro, no termina en gol. Contra todo pronóstico, el conjunto blanquiazul pedía el descanso.
SEGUNDA PARTE
El resultado obligaba a Víctor Fernández a realizar los primeros cambios. El pichichi de LaLiga Hypermotion, Mario Soberón, entró al campo por Bazdar, e Iván Azón sustituyó a Alberto. Apenas habían pasado cinco minutos desde las sustituciones cuando se produjo la jugada que hundiría aún más el planteamiento del Real Zaragoza y, me atrevo a decir, las esperanzas de la afición zaragocista. Un error inexplicable, propio de una categoría inferior, protagonizado por Clemente en su primera titularidad, tras enredarse con sus propias piernas al intentar un simple pase atrás, sin presión y como último hombre. La lentitud de su reacción lo llevó a cometer una falta innecesaria sobre el delantero sportinguista, lo que le valió una tarjeta roja directa más que merecida. Esta expulsión destruyó casi por completo las esperanzas del equipo blanquiazul de remontar el partido. Y digo casi, porque Soberón es Soberón, y pese a todo, seguía generando mucho peligro junto a Iván Azón y Adrián Liso, siempre incansable.
Poco más que destacar en esta segunda mitad, donde el Sporting jugaba con los blanquiazules como quien le deja el mando a su hermano pequeño para que juegue unos minutos. Sin demasiado interés (o necesidad) en cerrar el partido, los rojiblancos permitieron a los maños generar algo de juego, pero nunca lo suficiente como para crear verdadero peligro en el área rival. Para colmo, en el último minuto, Lluis López recibió una tarjeta roja tras una acción fuera de lugar, dejando al Zaragoza con nueve jugadores en el campo. El Sporting se llevó unos merecidos tres puntos.
Ficha técnica:
Sporting de Gijón: Rubén Yáñez; Rosas, Curbelo (Nacho Martín, min 41´), Róber Pier, Pablo García; César Gelabert, Olaetxea, Ignacio Méndez (C); Dubasin, Otero (Jordy Claceido, Min 76´), Dani Queipo (Jesús Bernal, Min 76´).
Real Zaragoza: Gaetan Poussin; Calero, Vital, Lluis López (C) (Marcos Luna, Min 82´), Clemente; Ager Aketxe (Tasende, Min 53´), Francho Serrano, Toni Moya, Adrián Liso (Edu Ares, Min 78´); Samed Bazdar (Soberón, Min 45´), Alberto Marí (Iván Azón, Min 45´).
Goles: Guille Rosas (Min 27´)
Árbitro: Álvaro Moreno Aragón; Samed Bazdar (Amarilla, min 11´), Ager Aketxe (Amarilla, min 24´), Edu Ares (Amarilla, min 88´), Marcos Luna (Amarilla, Min 94´); Clemente (Roja, min 49´), Lluís López (Roja, min 90´)