ZARAGOZA | El duelo del Real Zaragoza en El Alcoraz es el partido de la temporada, un duelo hecho de todos los elementos. Se miden dos rivales directos por la salvación y se enfrentan dos enemigos íntimos. “Nosotros estamos capacitados para ganar en Huesca”, dijo Víctor Fernández en el cierre del encuentro ante el Elche. Y ahora mismo ninguna victoria parece tan necesaria, tan imprescindible.
El Zaragoza jugó el peor partido de la cuarta era de Víctor ante el Elche. Durante una franja muy concreta del duelo se le vio hundido, desbordado, en la lona. En menos de 10 minutos, el equipo de Beccacece acumuló media docena de ocasiones inmejorables, en las que sobre todo Mourad tuvo la sentencia en la mano. Revivió el Zaragoza a través de Iván Azón, en una acción de su pura cosecha. Pero el miedo siguió vigente al acabar el partido, visible en el sudor de Víctor en la sala de prensa.
Enfrente del Real Zaragoza estará la SD Huesca de Antonio Hidalgo, que ha cambiado su cara por completo. Sólido en el mejor sentido de la palabra, cierra su área a cal y canto y guarda los barrotes de su estadio. Su recuperación y su escalada se define en algunas estadísticas. En 2024 solo ha perdido dos partidos, llegó a acumular once partidos sin caer y ocho citas sin encajar.
Al enfrentamiento más importante del curso llega después de perder en Ferrol, pero con la poderosa sensación de que sabe a lo que juega. Más dudas provoca el equipo de Víctor, que se aferra al corazón del grupo para vencer en un partido estratégico, en un estadio en el que recuerda haber perdido en su tercera etapa. Para cambiar esa estadística conviene volver a su guión original y que su equipo se parezca más al que supo competir ante el Levante que al que sufrió hasta el límite frente al Elche. En esta ocasión solo servirá un triunfo real, en un juego que carece de victorias morales y que escribe su justicia en el resultado.
El fútbol, caprichoso de pe a pa, guarda el duelo más trascendental del Real Zaragoza para el Alcoraz. Ante los miedos y el temblor, solo cabe una victoria, en un partido tan especial como dramático. El derbi aragonés ha cambiado su decorado en este curso. Y el sábado la final será por la permanencia.