Lucas Alcaraz se ha pasado esta mañana por las instalaciones de la Ciudad Deportiva del Real Zaragoza para despedirse de los que, durante apenas dos meses, han sido sus jugadores. La despedida ha durado poco más de 5 minutos. Lucas Alcaraz tampoco ha comparecido ante la prensa para poner fin a su etapa como míster zaragocista.
Se marcha dejando al equipo el descenso a Segunda B y sumando los peores números de un entrenador zaragocista desde que el equipo milita en la categoria de plata, con solo una victoria y dos empates en 8 partidos. Alcaraz ha asegurado a través de su comunicado que “ha sido un orgullo grandísimo ocupar uno de los banquillos más importantes del fútbol español”. El técnico ha agradecido al Consejo de Administración y al director deportivo, Lalo Arantegui, la oportunidad de haber podido entrenar al Real Zaragoza.
El entrenador también ha destacado “el trato, compromiso y entrega” de los jugadores. Alcaraz asegura estar “convencido de que sacarán adelante esta situación. Espero que pronto el equipo esté a la altura de su afición y de su propia historia”.
Tras la despedida de Alcaraz, Arantegui y el presidente, Christian Lapetra, han pasado por el vestuario para hablar con la plantilla. Un acto habitual cada vez que hay un cambio de entrenador.
Alcaraz se marcha dejando una sensación de frialdad entre la afición y en el vestuario. Al contrario que Idiakez, con quien los jugadores sí tenían buena sintonía; Alcaraz no ha llegado nunca a hacerse con el vestuario. Públicamente se han dado muestras claras de ello. Una de las más evidentes ha sido en redes sociales donde James Igbekeme ha señalado con un “Me Gusta” el comunicado del Twitter del Real Zaragoza anunciando el despido de Alcaraz.
Las palabras de Pombo a los aficionados zaragocistas asegurando que “cogería de los huevos” a algunos de sus compañero porque “no quieren”, también dejaron clara la tensión del vestuario. Desde entonces, no ha vuelto a ser titular con Alcaraz.
Además, el propio míster dejó clara la falta de comunicación con sus jugadores cuando comentó, tras el partido en Riazor, que le habían dicho que Cristian Álvarez estaba lesionado al descanso. Una total falta de comunicación entre el guardameta y el técnico. Todo ello toma ahora un nuevo rumbo con la llegada de Víctor Fernández.