ZARAGOZA| El Casademont Zaragoza ha llegado al ecuador de la Liga Endesa satisfecho por el papel ofrecido, pero con el gusto amargo del tramo final de la primera vuelta. Con grandes y malos momentos y altibajos, el conjunto rojillo se ha quedado a tan solo un triunfo de formar parte de los 8 equipos afortunados de participar en la Copa del Rey. Prácticamente invictos en el Príncipe Felipe, los de Fisac han regalado grandes partidos a una Marea Roja que ha vuelto a disfrutar y sentirse orgullosa de su equipo. Además, el cuadro zaragozano forma parte del TOP-5 de la liga en varios aspectos del juego, demostrando el calibre del plantel.
El Casademont Zaragoza ha regresado a la zona tranquila de la tabla. Ha repetido el mismo balance de la temporada anterior (8-9) pero en una posición mejor -noveno- respecto al décimo puesto de la 23/24 y la 18/19. Curiosamente, ambas temporadas con Porfi Fisac, junto a quien se logró la mejor clasificación de los últimos 10 años en la temporada 2019/20 (3º). Al respecto, la posición actual supone la segunda mejor marca. Es necesario darle valor a lo conseguido, más aún cuando el promedio clasificatorio desde la campaña 2015/16 es la decimosegunda plaza. Asimismo, en 6 de las últimas 10 temporadas, Basket Zaragoza solo ha logrado seis victorias o menos tras 17 partidos.
En esta primera vuelta, el Casademont Zaragoza ha tenido momentos de todo tipo. Empezó la competición con muchos altibajos e irregularidad, con problemas para compaginar la FIBA Europe Cup y la Liga Endesa. Hasta la jornada 7, en la contundente derrota en Valencia (111-82), el plantel dirigido por Porfi Fisac dio una de cal y una de arena, situándose con un balance de 3 victorias y 4 derrotas en dicho momento. Sin embargo, a partir del siguiente partido contra Baskonia, la dinámica cambió y el Casademont Zaragoza sumó 4 triunfos de manera consecutiva. La racha terminó en la jornada 12, cuando cayó de manera ajustada en Gran Canaria (96-94). Desde entonces, una única victoria en los siguientes 5 choques les dejó fuera de la Copa, pero con la permanencia matemática a tan solo 4 triunfos.
Un equipo con vocación ofensiva
Se vio des del primer día en qué aspecto destacaba este equipo. Es un grupo con mucha calidad y capaz de meter muchos puntos, erigiéndose como el segundo máximo anotador de la liga (91.1 pp), cuya mayor anotación fue 111 contra Río Breogán y la menor fue 71 ante Unicaja. Esto viene provocado principalmente por su acierto en el tiro de 2 puntos. Es el segundo equipo con mejor porcentaje (57.5%) y el primero en tiros anotados (23.8). En cuanto a triples y tiros libres, se ubica en media tabla con unos porcentajes del 34,9% y 75.8%, respectivamente.
Otros términos estadísticos en los que el Casademont Zaragoza se ubica entre los 5 primeros son los rebotes ofensivos, las recuperaciones y las pérdidas. En el apartado reboteador, el conjunto rojillo es el tercero que más rebotes captura en ataque (12.6); pero, es el antepenúltimo en rebotes defensivos (22.9), dando lugar a ser el séptimo equipo más reboteador (35.5). Los de Fisac son un plantel con 2 caras en el trato de balón. Son el quinto equipo, tanto en recuperaciones (8.8) como el que comete pérdidas (14.1).
Otros 2 aspectos de los cuales no está entre los 5 mejores, pero sí en el TOP-8 son las asistencias y la valoración de equipo. El cuadro zaragozano reparte una media de 18.5 asistencias por partido, ocupando la sexta posición. Por último, se ubica en la misma plaza en la valoración, con una media 99.9 créditos.
Nombres propios del Casademont Zaragoza: Dubi, Bango, Bell-Haynes, Yusta…
En términos individuales, Porfi Fisac tiene 5 pupilos por encima de los dobles dígitos en valoración. Curiosamente, tres de ellos son nuevas incorporaciones de esta temporada. Pese a disputar solo 9 partidos por la lesión, Bojan Dubljevic es el jugador con mejores números del Casademont. El pívot montenegrino ha promediado 14.3 puntos, 5.2 rebotes y 1.6 asistencias para 19.6 créditos en 24 minutos. Su baja ha sido muy sensible y el equipo la ha notado, pues el cuadro aragonés solo ha sido capaz de ganar 3 partidos de los 8 que ha disputado sin Dubi. El segundo mejor jugador es su compañero de posición: Jilson Bango. El angoleño ha estado en 14.4 tantos (máximo anotador) y 5.3 capturas para 17.5 de valoración en 21:15, que le han permitido ser MVP de la liga en las jornadas 6, 10 y 13, y también mejor jugador del mes de diciembre.
Siguiendo en las posiciones interiores, Emir Sulejmanovic ha sido el máximo reboteador del equipo con 6.1 rebotes, además de 12.1 puntos para 12.5 dígitos de valoración en 23:56 en 3 encuentros menos que el resto debido a una lesión. Se suele decir que la clave de un equipo son los pívots y… los bases. Trae Bell-Haynes, segundo capitán en su segunda temporada en el equipo, está promediando 14.1 puntos, 2.2 rebotes y 4.4 asistencias para 16.4 créditos en 23:50. Compartiendo posición con el canadiense, Marco Spissu está siendo el máximo asistente del equipo con 4.6 pases de canastas. También hay que adjudicarle 9.3 tantos y 2.1 capturas para 11.4 de valoración en 23 minutos.
AJ Slaughter se encuentra en 10.1 puntos por partido, unos números correctos para él. Otra de las buenas noticias es el canterano Jaime Fernández. El zaragozano, que empezó con poco protagonismo, ha sabido aprovechar sus minutos y la baja de Dubljevic y está yendo a más. Actualmente, promedia 4.5 puntos y 2.9 rebotes para 4.8 créditos en 12:25. Sin embargo, la gran decepción está siendo el capitán Santi Yusta. El alero, que cumple su cuarta temporada en las filas del Casademont, debe aportar más de lo que ha hecho hasta la fecha. Por debajo de los dobles dígitos, tanto en puntos (9.1) como en valoración (8.0), es cierto que tiene más competencia que en los años anteriores, pero se esperaba que tuviera un mejor rendimiento. Por suerte para él, aún tiene mucha temporada por delante para darle la vuelta a la tortilla.
Con todo esto, se puede apreciar que, pese a la decepción final de quedarse fuera de la Copa del Rey, la Marea Roja tiene mucho a lo que agarrarse y confiar. Hay un equipo con mimbres y capacidad para hacer cosas importantes y que factores externos como los árbitros tengan poca influencia. Por lo tanto, una primera vuelta con más luces que sombras, que esperamos que se repita en la segunda parte de la temporada.