Es tal la mejoría que ha sufrido la SD Huesca desde la llegada de Francisco que, casi sin apenas analizar nada de su juego y con la simple atención de cada uno de sus cuatro choques, bastaría para darse cuenta de la evolución. Su primer mes en el equipo ha dejado más luces que sombras, aunque la realidad dice que un punto de 12 es insuficiente para lograr el objetivo de la salvación.
La mejoría es palpable, pero hay un escollo que está impidiendo ver el bosque: la llegada de una victoria. Porque todos los planteamientos, todos los cambios y evoluciones necesitan de victorias. No hay nada que fortalezca más y no hay nada mejor para terminar de afianzar conceptos beneficiosos que los triunfos. Y por eso a este Huesca de Francisco le está costando despegar en el convencimiento.
Las bases claramente están instauradas, pero ahora es necesaria esa pizca de acierto que consiga materializar el trabajo en triunfos. Y no porque no se estén haciendo los suficientes méritos colectivos para que estos lleguen, sino porque una serie de errores individuales y la fatalidad en momentos puntuales están siendo una losa que golpea sin piedad a una moral ya de por sí tocada.
Si estos no llegan, el castillo de buenos argumentos acabará desmoronándose sin que nada ni nadie consiga llegar a tiempo para recuperarlo. Este Huesca de Francisco vive necesitado de una victoria balsámica que refuerce lo anímico y lo evolucionado, sin obviar las limitaciones evidentes de una plantilla muy justa de físico y efectivos, que vive acuciada de las bajas sensibles que está teniendo.
“La baja de Melero ha sido un daño hoy en día irreparable y difícilmente reemplazable”
Tras comprobar que el equipo se disolvía cual azucarillo tras plantear una batalla de golpes el día de su estreno y ante un plan demasiado ambicioso pero falto de contundencia física y moral, Francisco se vio obligado a trazar un plan diferente. Un plan obligado por una sangría defensiva y una debilidad manifiesta y escasa de efectivos en la zona medular y atacante. La baja de Melero ha sido un daño hoy en día irreparable y difícilmente reemplazable. A su baja se une la falta de un canalizador que dé continuidad al juego. Tener se tiene, pero no parece gozar de confianza suficiente (Sastre y Rivera).
A tenor de tales contratiempos, el nuevo técnico introdujo la defensa de tres centrales que poco a poco le está dando la seguridad defensiva tan necesaria para que el Huesca se muestre competitivo. El contar con una parcela defensiva central tan bien cubierta le permitió a Francisco aglutinar gente ahí y, a partir de ellos, coser un entramado que asumiera menos riesgos y pudiera respirar para después coger impulso. Que el Huesca esté concediendo 5 remates menos por partido (media de 10,25 por partido) de los que concedía el Huesca de Leo (15,57 por partido) demuestra que se ha ganado en seguridad y consistencia.
A las alas, dos futbolistas potentes y de largo recorrido (Akapo y Miramón), que si bien es cierto carecen de ese perfil ultradefensivo, son unas máquinas de generar profundidad. Para las alturas que estamos, su aportación está siendo más que notable. El día que estos encuentren perfiles de asociación de mediocampo hacia adelante, serán dos incursiones silenciosas que, a través, de la aparición, generarán las superioridades que tanto ansía el técnico almeriense para, de una vez por todas, llegar con peligro y, sobre todo, con más efectivos que hasta ahora.
Pero para ello será importante ganar en fiabilidad. Hasta que esto no ocurra será difícil ver un planteamiento algo más liberador y ofensivo: el 1-3-5-2 o incluso volver a ese 1-4-4-2 que tanto gusta a Francisco. Este primer, dotaría de un mediocampo robusto y una mayor presencia atacante, contando que se perdería ese trabajo en las alas que aporta el 1-5-4-1 y que ha dado algo más de equilibrio en estas primeras jornadas, pero que se está quedando algo justo para generar el caudal ofensivo necesario para ser un equipo más punzante.
Por ello, darle mucho más empaque a la zona medular, en detrimento de unas bandas que ahora mismo son las que más trabajo aportan, parece la evolución más lógica, y más teniendo en cuenta una obviedad, que en la zona mejor cubierta (las bandas), al menos por efectivos, es por donde más daño le están haciendo al equipo mediante los dañinos centros laterales. Cuando el carrilero es superado, la basculación no es eficaz y sacar de sitio a los centrales penaliza y mucho el juego defensivo de posición del equipo. Ahí Francisco está encontrando un grave problema en las lesiones, que le están imposibilitando dar continuidad.
Por eso, puede ser vital la incursión de ese tercer centrocampista que fortalezca las ayudas defensivas. Aquel que por sus capacidades tenga la suficiente inteligencia táctica para subsanar desajustes. En ese contexto, no hay nadie mejor que Juan Aguilera ahora mismo en esta plantilla para ejercer ese rol, como mediocentro único, como equilibrador del desequilibrio. Aunque mientras eso llega, o no, este Huesca está intentando ser mucho más práctico. Agazapado en un bloque medio bajo, aspira a correr, tiene velocidad y tiene futbolistas que pueden aprovechar muy bien esos espacios. El crecimiento individual es clave para que los buenos conceptos tengan su reflejo en los resultados.
Donde se sigue echando en falta algo más de relevancia es en ataque. El Huesca crea pocas ocasiones pero es que, además, lo hace con pocos efectivos. Aun así, últimamente está siendo más un problema de acierto que de llegadas en sí, pues el rival con muy poco está haciendo un daño terrorífico. El equipo se sigue moviendo en la era Francisco, por los 1,75 goles en contra por partido. Una sangría demoledora, en esta o en cualquier categoría. La losa de goles encajados sigue siendo una tortura tan grande que atreverse a quitarle ese corsé al equipo es, hoy, el mayor de los dilemas que habitan en la cabeza de este cuerpo técnico.
“Cuando ‘Cucho’ se libere, el Huesca se liberará”
A buen seguro la baja de Melero está demorando mucho este paso, así como la poca confianza que genera un Rivera que apenas hemos visto y un Sastre que necesita la continuidad que hasta ahora no ha tenido por unos u otros motivos. El día que uno de estos dé un paso adelante, Francisco deberá dar el suyo. Difícil dilema en un equipo que anda cosido con alfileres y al cual cada soplo de aire le desmantela cualquier planteamiento bien edificado. Seguramente ni uno ni otro sistema era la idea inicial de Francisco, más habituado a utilizar defensa de cuatro. Pero las circunstancias han llevado a variar el timón sobre la marcha de una manera algo más precisa y esperemos en poco tiempo efectiva.
En este contexto habrá un futbolista vital que se sentirá liberado: ‘Cucho’ Hernández. Su rol de único referente está suponiendo un desgaste tremendo para un jugador de apenas 19 años, con más hechuras de extremo que de delantero referencial. El día que encuentre ese socio perfecto, Francisco podrá ponerlo donde más peligro crea: partiendo desde una banda. Es ahí donde ‘Cucho’ es diferencial y el míster lo sabe, aunque hasta encontrar la salida a este entuerto esté sacrificando parte de su frescura y brillo. Cuando ‘Cucho’ se libere, el Huesca se liberará. No existe jugador más diferencial en zonas atacantes en este equipo que el joven delantero colombiano.
De hecho, hasta esta pasada jornada vivía instaurado entre los 5 jugadores que más disparos realizaba. Hoy en día con 25 (Top 9) también sigue siendo uno de los jugadores que más chuta, lo que demuestra que, generar, genera. Otra cosa es que su nivel de acierto (10 de ellos a puerta) se esté viendo mermado por sus ansias de agradar y su bajo nivel de confianza. Otro futbolista que está aportando en esta faceta es ‘Chimy’ Ávila, con 20 disparos, 11 de ellos a puerta. A su lado se encuentra un Gürler que debe dar mucho más de sí y más cuando el equipo se desarrolla en un pragmatismo que le viene como anillo al dedo.
La recuperación de aquel Longo de Eibar sería una noticia importante para todos, pero sobre todo para ‘Cucho’. La duda radica en si eso es posible. Sus aportaciones y su nivel de confianza se han situado a niveles muy pobres, pues tan sólo ha dejado 6 disparos, 2 de ellos a puerta. Se le espera, pero el cambio debe ser importante, al menos en lo que a trabajo de fijación y liberación de espacios se refiere. Que no se trata de un delantero diferencial en la categoría es una obviedad, pero esconde mucho más de lo que ofrece y su oportunidad pasa por aprovechar este mes hasta el parón.
A la buena mano de Francisco le es necesaria una premisa fundamental: tener más aliados que enemigos. A estas alturas de la película es tan necesario contar con los mejores como contar con los que menos errores cometen. Generar confianza es imprescindible para, a partir de ella, crecer. Y la llegada de esta confianza se antoja complicada, máxime cuando el equipo comete errores tan flagrantes que son recibidos como agua de mayo por los rivales. Si no puedes ser mejor, al menos no seas peor. La buena noticia es que hay mejoría. La mala, que el tiempo se agota, al menos a lo que a esta temporada se refiere.
El partido ante el Levante necesita de las mayores energías positivas de todo el mundo, porque no ganar puede ser mortal de necesidad. Seguramente no sea una final, pero bien que se le parece. Quien quiera y crea en este proyecto es ahora cuando más necesaria es su ayuda. Todos son importantes, nadie imprescindible. Pero la sensación que me queda es que este cuerpo técnico debe ser el futuro, en esta o en otra categoría. Intentemos cuidarlo.