ZARAGOZA | Un servidor no está contento con los últimos partidos del Real Zaragoza. El juego ha sido igual de malo en ambos, pero en uno se perdió y en el otro se consiguieron los tres puntos. En ambos encuentros tuvimos que tener una superioridad numérica para empezar a jugar a algo parecido a lo que se denomina fútbol. Los resultadistas nunca me han gustado. Sus argumentos son de una simpleza insuperable, y si por algo nos gusta el fútbol es por su complejidad cuando no se puede acudir a la razón para entenderlo.
El rival se ha tenido que quedar con uno menos para que el Zaragoza salga de la cueva donde le han colocado sus oponentes. Los blanquillos fueron superados ampliamente en las primeras partes de sus dos últimos partidos. Un Zaragoza desarbolado, ausente, asustadizo, incoherente, y otros muchos adjetivos que es mejor no poner para que el artículo siga avanzando. Un equipo poco trabajado en lo táctico, que no sabía lo que tenía que hacer ni si estaba en un campo de fútbol o en un bosque del Pirineo. Zombis deseosos de volver al cementerio del que parecía que habían salido.
Con el Racing de Santander se perdió. Curiosamente es el líder de esta casa de locos que es la Segunda División. Con el Tenerife se ganó, cuya curiosidad es que ha ido el último la mayor parte de lo que llevamos de la liga. Con ambos adversarios fuimos superados de largo, pero el líder demostró la razón de por qué lo es, y el Tenerife, aunque se dejó la piel en el intento, no pudo disimular al final su horrible comienzo de temporada. Y hasta aquí se podría explicar de forma más o menos coherente el porqué de un resultado y del otro.
Al Zaragoza parece que no le viene bien la igualdad de condiciones. Irene Montero se batiría en duelo con nuestro equipo si estuviese al tanto de esto. Helenio Herrera decía que con diez se jugaba mejor que con once, pero ese fútbol pasó a mejor vida, que se lo digan si no a nuestro Real Zaragoza, que cuando sufre en sus carnes quedarse con uno menos es incapaz de pasar del centro del campo, y no como sus rivales, y para muestra los dos últimos, que uno consigue ganarle, y el otro fue capaz de ponerse con dos goles de ventaja.
También hay que decir que las dos expulsiones fueron justas. No es culpa del Real Zaragoza que en los rivales de nuestro equipo hubiera un par de jugadores que prefirieran como Ídolo antes a Ilia Topuria que a Zidane. Futbolistas de UFC. Ultraviolencia Fútbol Club. Lo que no puede ser es que el equipo rival se tenga que quedar sin un apéndice o pieza, para poder golpearle o no pueda terminar su puzle.
Es deseable que el equipo vuelva a ser el de las primeras jornadas. Que esté preparado para jugar contra (la) once. Visualizar la mejoría del rendimiento en el terreno de juego y que el cupón nos premie con hacerlo realidad.