Todo futbolista tiene sus detractores y sus seguidores. En el caso de Valentín Vada, esto se puede ver aún con más claridad si ojeamos rápidamente los comentarios que van surgiendo en las redes sociales, o escuchamos disimuladamente las típicas conversaciones de barra de bar.
El argentino ha completado la primera de las dos temporadas que firmó cuando llegó el pasado verano de la mano de Miguel Torrecilla. El bueno de Vada se sumaba a la incorporación de Radosav Petrovic como aquellos jugadores que abandonaban tierras almerienses para recalar en una ciudad gobernada por el cierzo.
Aterrizó el último día de mercado con las miras puestas en hacerse con un puesto en el centro del campo del Municipal de la Romareda. Su cesión en Tenerife no convenció al Almería. 35 partidos oficiales disputados, tres goles y una asistencia, no parecieron ser suficientes para un club que tras varias temporadas tonteando con el ascenso, al final lo ha conseguido este año.
Lo cierto es que su fichaje no empezó gustando a todos. Las redes sociales aparecieron en el momento de su fichaje para mostrar una publicación del argentino celebrando de manera provocativa, una victoria con el Almería en el Municipal. En el post, el ahora zaragocista escribía: “Vamos, la concha de su madre! Y al que no le guste que la chupe”.
Luces y sombras
El argentino acompañó las buenas sensaciones del equipo en las primeras jornadas. Pronto se olvidaron las críticas por su actitud meses atrás, y apareció en Alcorcón para mostrar algo en lo que iba a destacar como blanquillo: su oportunismo. En el 74 ingresó al campo, y en el 84 ya había mojado como zaragocista.
En la jornada 2, más de lo mismo. Las innumerables ocasiones de los maños en Fuenlabrada no fueron materializadas hasta que en el 72 de partido, Vada anotaría su segundo gol. Curiosamente, otra vez diez minutos después de vestirse de corto.
Desde entonces, suplencias y segundas partes para el argentino, que mostraba la otra cara de la moneda con una versión parecida al equipo: irregular. Con más carisma que juego, su aportación ha estado llena de luces y sombras.
¿Luces? Su ya comentada capacidad oportunista. Todos y cada uno de sus siete goles han servido para conseguir puntos. Tres frente a Alcorcón, Lugo y Real Sociedad B, y uno frente al Tenerife, Girona, Ponferradina y Fuenlabrada. Si echamos cuentas, con sus tantos, Vada ha traído 13 puntos a Zaragoza de los 56 conseguidos a final de temporada. Cerca de un 25% del total. Una suma considerable, que le ha llevado a compartir la condición de máximo goleador con Iván Azón.
Si Vada ha destacado por sus goles (otro dato; esta campaña acumula las mismas dianas que el total de las tres temporadas anteriores), el argentino ha pecado de inmadurez en ciertas fases de la Liga.
Su carácter le ha jugado malas pasadas. Desde su absurda expulsión en la primera parte en Anduva, hasta el enfado del argentino con el árbitro en un partido amistoso con el Andorra. Sí, amistoso.
Sus desconexiones le pasan factura en las tarjetas. Acumula 31 en las últimas tres temporadas, recibiendo tarjeta uno de cada dos partidos. Una cifra alta si tenemos en cuenta su corte ofensivo. Pero donde más le han pesado estas faltas de atención es en su continuidad: únicamente ha completado dos partidos de inicio a fin.
Vada 2023: segunda parte
Lo que es seguro es que con contrato hasta 2023, más un año prorrogable, el zaragocista vestirá los colores de la blanquilla una temporada más. Así lo ha hecho saber al club rechazando una más que suculenta oferta de Arabia Saudí.
El argentino cuenta con el respaldo de Carcedo, y espera ganarse un hueco en una medular plagada de nombres. Además, el Real Zaragoza volvería a tener la sartén cogida por el mango en caso de que el futbolista recibiese interés por otros clubes. Sólo saldría en caso de recibir una cantidad económica acorde a su rendimiento y a las posibilidades que ofrezca el mercado para suplirle. Aunque es cierto que esa cantidad se vería reducida si la oferta llega desde Primera División.
En un equipo que se percibe hasta ahora falto de gol, su aportación se antoja muy necesaria. Si asienta la cabeza, y encuentra esa regularidad tan ansiada por la afición, podríamos estar ante uno de los “fichajes” más importantes para el nuevo técnico.
¿Quién dijo que las segundas partes nunca fueron buenas?