Denis Vavro es el primer fichaje de la SD Huesca en este mercado invernal. El eslovaco llega a las filas altoaragonesas proveniente de la Lazio, club al que llegó por una cantidad de 10 millones de euros. Después de no cumplir las expectativas en Italia, intentará volver a recuperar su mejor versión con una nueva oportunidad en el Huesca.
Se hablaba de un extremo, de un pivote o un interior, pero nunca se llegó a pensar que el primer refuerzo de Rubén García para la plantilla azulgrana fuese un central. Con cuatro defensas centrales (Pulido, Siovas, Insua y Gastón Silva) asentados en el equipo, era quizá una de las posiciones que menos necesitaba una llegada. Sin embargo, la llegada de Pacheta con su sistema de tres centrales ha cambiado la estrategia del mercado y, por lo tanto, la importancia de ampliar el fondo del armario en la zaga se ha posicionado como algo clave.
Vavro llega a la SD Huesca con una seria falta de minutos en sus piernas a lo largo de esta temporada. Y es que, en total, tan solo ha disputado un partido con el filial y otro con el primer equipo de la Lazio. El club romano ya mostró su interés en traspasarlo durante este mes, y a punto estuvo de firmarlo con el Genoa si no llega a ser por una lesión de pubalgia que echó por tierra las negociaciones.
Buscar un beneficio mutuo
El central eslovaco destacó en el Copenhague hace tres temporadas con tan solo 20 años, una temporada donde también debutó en la selección absoluta de Eslovaquia. La Lazio no dudó en hacerse con sus servicios, viendo en él un central de gran proyección para el futuro, sin embargo Vavro no ha logrado adaptarse al fútbol italiano.
El conjunto azulgrana tendrá la misión -a la cual está más que acostumbrado- de recuperar su mejor versión. Vavro, por su parte, tendrá una oportunidad de oro para demostrar que tiene nivel para competir en una liga de primera nivel y ayudar a afianzar esa solidez defensiva que tanto persigue Pacheta.