El Real Zaragoza se agarró a la vida en Huesca con los suyos por bandera. Víctor Fernández, de primeras, con un planteamiento tan personal como conservador, sorprendió a todo zaragocista y Liso, a lo largo de la primera parte, se encargó de hacerlo bueno con un gol marca de la casa. El técnico zaragocista se mostró muy aliviado en la rueda de prensa post partido: “Esto me está robando salud. No debería ocurrir con 63 años y miles de batallas, pero vivo los partidos con demasiada pasión y sentimiento”. La expulsión de Mouriño condicionó el contexto final y obligó al Real Zaragoza a defender el área por tierra y aire. Víctor elogió su capacidad de sufrimiento y “la maravillosa actitud colectiva”.
Adrián Liso se descubrió como el nombre propio del partido con un gol vital que supuso sobrepasada la media hora un punto de inflexión brutal. Víctor Fernández ensalzó su rendimiento en el día a día y su consagración en el partido grande de la temporada: “Le hemos dado la oportunidad y ha sabido responder en una situación exigente. Ha sido una pesadilla y estoy orgulloso de él”.
El entrenador zaragozano, a lo largo de su comparecencia, ha realizado un análisis pormenorizado del encuentro: “Nos ha costado entrar, no lográbamos construir ni destruir. Hemos intentado ser valientes, pero no logro que tengamos más pausa con balón y en la construcción. Hemos hecho veinte minutos finales fantásticos, había que defender con honor”.
La victoria más sufrida
El triunfo del Real Zaragoza en El Alcoraz no ha estado exento de sobresaltos. Mouriño ha visto una doble amarilla terriblemente torpe, a la que Víctor se ha referido en rueda de prensa: “Ha sido épico. Cuando iba a quitar a Iván y Mouriño, en una jugada que teníamos ventaja, nos ha dejado desfavorecidos. Llevamos una temporada de mucho sufrimiento y amarguras”. Aun así, el conjunto blanquillo ha tenido que lastimar la lesión de Lecoeuche, que “se ha lesionado del aductor”.
La victoria certifica la salvación virtual del Real Zaragoza, pero el técnico no quiere echar las campanas al vuelo todavía: “Espero que crezcamos como equipo. Hay que seguir apretando porque la soga sigue en el cuello, aunque aprieta menos que antes de empezar. No somos capaces de hacer un partido completo, pero hemos ganado fuera de casa”.