El Real Zaragoza y Víctor Fernández continuarán juntos un año más. La relación apuntaba a tener fecha de caducidad al término de la presente temporada. Al menos, eso manifestó el técnico en sus primeros meses en el banquillo. Sin embargo, la posición de La Romareda a favor de su continuidad ha sido clave para cambiar la mentalidad.
Víctor Fernández llegó al banquillo zaragocista el pasado mes de diciembre. En su presentación, el entrenador fue claro: “Vengo liberado. No quiero contratos futuros, ni pactos secretos, ni cosas que me aten en el futuro“.
En la línea de ese discurso de despedida se siguió manifestando con el paso de las jornadas. Tres meses después de esas declaraciones, y tras la victoria ante el Elche, Víctor Fernández volvió a mantenerse en su idea de dejar el banquillo a final de temporada: “Sólo me quedan dos meses. Lo estoy llevando mal porque son muchas las dificultades que tenemos“.
El “Víctor, quédate” lo cambió todo
Sin embargo, tras el triunfo ante el Sporting el pasado 17 de mayo, el técnico cambió su discurso inicial y se pudo ver a un Víctor Fernández que no se cerraba a su continuidad: “Lo he pasado muy mal. Es momento de mirar el futuro con más optimismo e ilusión. Quiero que se me deje disfrutar esta noche y ver las cosas con más frialdad”.
Añadiendo, sobre su futuro, que “me tenéis que respetar y dar un poco de pausa porque me he dejado mucha salud física y mental…dejadme que sea feliz por unas horas”.
La Romareda habló en ese encuentro ante el conjunto asturiano y se manifestó de manera unánime al grito de “Víctor, quédate“. Un deseo de la afición zaragocista que empezó desde entonces a sentirse también las redes sociales. El técnico llegó a emocionarse en medio del partido dejando una de las imágenes más sentimentales de la temporada.
Aunque el cariño de la afición ha sido importante en su decisión de continuar, el técnico reveló en la previa ante el Málaga que era influyente “también el poder económico que vayamos a tener, el proyecto, la participación….el compromiso que uno, son muchas cosas. Lo que tenga que ser será y será bueno”.
Con su continuidad para el próximo curso, el Real Zaragoza da estabilidad a una parcela tan decisiva como es la del entrenador y logra mantener la ilusión de una afición que expresará su malestar por la temporada en el último encuentro ante el Numancia.