La derrota en Pamplona deja al Real Zaragoza en una delicada situación. No porque reviva al fantasma del descenso o porque el play off ya no sea siquiera un sueño, si no porque restan casi cuatro meses de competición que se van a hacer demasiados largos. Eternos. Desde la llegada de Víctor, el único objetivo ha sido eludir las cuatro últimas plazas, tres si contamos con el descenso administrativo del Reus. Por eso, es evidente que el técnico ha cumplido con creces con su cometido, entre otras cosas porque lo ha hecho, además, con un fútbol del gusto de La Romareda.
A falta de 15 partidos, el Real Zaragoza todavía debe sumar muchos puntos –unos 18- para certificar matemáticamente su permanencia, pero la realidad dice que es `imposible´ descender jugando como juega desde el regreso de Fernández. No se trata de jugar a adivino, si no de analizar el desarrollo de la competición. Por eso, con la salvación más que encaminada, el problema del Real Zaragoza pasa a ser los más de tres meses de Liga que quedan por delante.
Hay quien va a aprovechar para `sacar la escopeta´ y apuntar a Víctor. Sí, sí, hay quien está esperando cualquier motivo para criticar al mejor entrenador de la extraordinaria historia del Real Zaragoza. Quizá esta vez el motivo sea que el técnico haya decidido no seguir en el banquillo, o a lo mejor es por sus alineaciones y planteamientos, o puede que se ponga en duda su verbo fácil y arrolladora personalidad,… pero estoy convencido que habrá quien señale al entrenador. Lo mejor, en estos casos, es pasarse por La Romareda y comprobar que gracias a Víctor los aficionados han recuperado la sonrisa y la ilusión.
Lalo, en una delicada situación
Si el míster tiene todos los números para ser apuntado por los focos, otro protagonista durante las próximas semanas va a ser, sin duda, Lalo Arantegui. El director deportivo ya no es infalible para el zaragocismo y sus decisiones esta temporada le dejan en una delicada situación de cara al futuro, sobre todo, a la hora de elegir al futuro entrenador. Más arriba, la pelota y los rumores pasarán a la planta noble del club, donde los responsables de la Fundación 2032 vienen dando viabilidad económica a un Real Zaragoza herido de muerte en lo económico. El futuro pasa por una nueva inyección de capital, vital para conseguir un límite salarial que permita, de verdad, luchar por el ascenso a Primera. Abróchense los cinturones que vienen curvas.