Víctor Lapeña, entrenador jefe del Fenerbahce femenino, fue de los últimos deportistas en poder regresar a España y lo hizo “salvado por la campana”. El zaragozano llegó tras haber ganado Supercopa y Copa turcas, ir primero en la Liga y estar muy vivo en la máxima competición continental en un club en el que “sólo vale ganar”.
Lapeña, en conversación telefónica con EFE desde su domicilio en Tarragona, contó que no tiene tiempo de aburrirse en casa con sus tres hijos pequeños, a la espera de que “la situación mejore”.
El técnico narró cómo fue su regreso. “El 11 de marzo jugamos el primer partido de cuartos de final de la Euroliga con el pabellón a tope y ganamos al Bourges, después el 15 o el 16 jugamos en Liga a puerta cerrada y el martes o el miércoles siguientes nos dijeron que se suspendía la Liga y la Euroliga y que nos daban permiso para irnos”.
“El día 20 pude volar en el último vuelo comercial a Barcelona. Llegamos de casualidad y aterricé ya en Barcelona con todas las medidas de aislamiento que es lo que más me impactó, porque salí de Turquía con un aeropuerto lleno y llegué a Barcelona donde no había nadie. Me salvé por la campana“, añadió.
Arriesgar para ganar
La temporada de Lapeña en el Fenerbahce estaba siendo algo más que buena. “Estaba siendo increíble y en un club tan exigente como Fenerbahce. Asumo un riesgo muy grande, dejando el Odenburgo donde tenía la renovación hecha. Ganamos la Supercopa, la Copa Presidente como la llaman ellos, luego la Copa de Turquía, vamos primeros en Liga y esperando el final pensando en rematar un triplete y ver si somos capaces de plantarnos en la final de Euroliga y, a un partido, por qué no, sorprender al Ekaterimburgo”, explicó.
“La exigencia que tiene el Fenerbahce es brutal, de hecho su eslogan real es ‘nunca es suficiente’. El equipo de fútbol, el masculino de baloncesto con la figura de Zeljko Obradovic, que es algo increíble. Allí animan mucho, pero cuando Obradovic entra en el campo se levanta todo el público, lo aplauden, lo nombran, es una pasada”, siguió.
Lapeña todavía no ha alcanzado esos registros con el Fenerbahce: “Yo vivo a otro nivel y cuando entro al campo ni saltan ni se levantan, pero ahora como vamos bien ya dicen : “Lapena, Lapena”. Es una pasada y lo disfrutamos mucho pero con una exigencia terrible, aquí sólo vale ganar”, reconoció a EFE.
Turquía, ejemplo de baloncesto femenino
La Liga femenina turca es, quizás, la de mayor nivel en estos momentos. “Tienen presupuestos altos lo que hace que vengan jugadoras extranjeras de gran nivel, es un poco como era la Liga española hace diez o doce años. Es la Liga más potente junto con la rusa, aunque ésta sólo tiene dos o tres equipos de gran nivel. Tienen sus reglas y sólo puedes tener cuatro extranjeras y tres en cancha al mismo tiempo, por lo que debes tener turcas buenas”, aseguró.
Lapeña junto a Lucas Mondelo, con el que trabajó en la selección española, y Miguel Méndez forma un triunvirato de entrenadores españoles de élite que triunfa en Europa y en el mundo.
“Hemos demostrado que hacemos un buen trabajo, que nos adaptamos muy bien y que la formación que hemos tenido, lo competitivos que nos han hecho ser, hace que seamos referentes y que los clubes se fijen en nosotros. Gusta el entrenador español, cómo trabaja, cómo se adapta, cómo es como persona”, aseguró.
La próxima temporada puede comenzar con la finalización de la actual y una Final a Ocho de la Euroliga femenina. “Va a ser extraño si FIBA sigue con esa idea. Estoy en contacto con las jugadoras y veo vídeos con sus entrenamientos en sus casas. Vamos a ver cuándo podemos volver a entrenar, porque no es lo mismo jugar un partido de preparación o un primer partido de Liga que comenzar con una Final de la Euroliga. Podrá ocurrir cualquier cosa”, finalizó.