El Real Zaragoza de Víctor Fernández se ha caído. O mejor dicho, se ha derrumbado. El buen inicio de temporada contrasta con los últimos siete partidos, en los que sólo se ha conseguido una agónica victoria ante el Numancia. Tras presentar su candidatura al ascenso con 13 puntos de 15 posibles, el Real Zaragoza ha dado un brusco frenazo antes de llegar al tramo más complicado de la temporada. Justo cuando la entidad de los rivales va in crecendo.
Tras los Fuenlabrada, Mirandés, Lugo, Numancia o el ex desahuciado Oviedo, llegan los temidos transatlánticos a los que Víctor Fernández tanto hacía referencia en verano. Sporting, Almería, Rayo Vallecano, Deportivo y Huesca serán los próximos destinos del Real Zaragoza. Mientras que La Romareda recibirá a Las Palmas, Albacete, Girona y Racing. Casi nada. Reaccionar supondría dar un golpe de autoridad y un puñetazo encima de una mesa en la que sobran aspirantes y faltan candidaturas en firme al ascenso.
El Real Zaragoza y los infortunios que afectan a Víctor Fernández
Víctor Fernández quiso una plantilla corta en verano. Sin excedentes y con los jugadores justos. Sin embargo, nadie preveía la acumulación de infortunios en el momento más crítico. Tras un inicio de temporada donde las lesiones respetaron, y mucho, al Real Zaragoza, la mala suerte se ha cebado con él. Tras un espectacular inicio, Carlos Vigaray tuvo que parar. Y con él, la velocidad de crucero que había alcanzado el Real Zaragoza. Su ausencia en el carril derecho no ha hecho más que disparar las dudas sobre sus posibles sustitutos. Y es que los números hablan por sí solos. Con Vigaray en el campo, el Real Zaragoza ha recibido dos goles en seis partidos. Mientras que en el mismo número de encuentros, y en su ausencia, el equipo maño ha recibido once goles.
El ghanés era el apoyo incondicional de un Luis Suárez que se siente completamente aislado en su ausencia
Sin embargo, las desgracias nunca vienen solas. Dwamena, baja indefinida y casi definitiva, se ha visto obligado a dejar los terrenos de juego. El Real Zaragoza ha perdido al jugador llamado a cargar con la responsabilidad en ataque. El ghanés era el apoyo incondicional de un Luis Suárez que se siente completamente aislado en su ausencia. Sin Dwamena, el Real Zaragoza ha perdido gran parte de su capacidad ofensiva. Una capacidad mermada con la reciente lesión de Pombo, que ha sido operado esta misma semana y se ha visto obligado a parar cuando parecía haber llegado su momento. El Real Zaragoza es, por tanto, un equipo desbaratado y desfigurado a causa de la mala fortuna.
Sin roles definidos
Cuando cada jugador adquiere un rol dentro de un equipo, éste tiende a incrementar su rendimiento. Dotar de dicho rol y responsabilidad a cada jugador debe de ser el objetivo del entrenador, de Víctor Fernández. Tan sólo parece haber unos pocos jugadores con un rol definido. Cristian, Clemente, Guti y Luis Suárez parecen ser los únicos capaces de responder a las expectativas en estas últimas jornadas. Y todo esto, provocado por un alboroto táctico donde ubicar a cada uno de los jugadores puede parecer una odisea en ciertos momentos. Del 4-1-4-1 al 4-1-2-1-2, pasando por el 4-3-3 o por el tradicional 4-4-2. ¿Cómo juega el Real Zaragoza? O mejor dicho, ¿a qué juega este Real Zaragoza?
Tras un inicio fulgurante y lleno de ímpetu, el Real Zaragoza ha perdido su identidad. Nada queda del equipo atrevido y agresivo que comenzó la temporada, donde el único problema era la falta de efectividad. Porque por entonces, el conjunto aragonés disparaba más de 20 veces y apenas recibía disparos de sus rivales. Ahora, las tornas han cambiado. Sin apenas variantes, Víctor ha visto como su equipo ha sufrido una llamativa involución. La falta de soluciones y la incapacidad de reaccionar ha provocado que lo que parecía una pequeña colina se haya convertido en un terrible e interminable puerto de montaña.
La escasez de confianza en jugadores como Linares, Bikoro, Álex Blanco, Papu, Guitián o Lasure ha provocado que las rotaciones estén siendo mínimas. A ello se une la imposibilidad de encontrar variantes tácticas que permitan sorprender a los rivales. Primero Álvaro Cervera. Luego Mere. Y finalmente, el pasado domingo, Andoni Iraola. Tres técnicos infinitamente inferiores en palmarés y experiencia, dieron un repaso táctico a un Víctor Fernández que no encontró la forma de meter mano ni a Cádiz, ni a Fuenlabrada ni a Mirandés. Ante este hecho, se hace necesaria una reacción del entrenador que llevó al Real Zaragoza a lo más alto. De aquel joven y atrevido entrenador que le dio una dosis de realidad al mítico Johan Cruyff y su “Dream Team“.
El Real Zaragoza tiene plena confianza en Víctor Fernández
Cuando el Real Zaragoza agonizaba y se tambaleaba al borde del precipicio, Víctor Fernández dio un paso al frente. Puso su conocimiento y zaragocismo al servicio del club. Fruto del amor por unos colores —o de la inconsciencia— decidió embarcarse en un nuevo reto; devolver al Real Zaragoza a Primera División. Con un presupuesto mínimo. Con un proyecto inexistente. Sin apenas recursos. Pero con una afición desatada que lo eligió como líder de un proyecto tan ilusionante como complicado.
La Liga Smartbank es una de las ligas más igualadas y competidas del mundo. La igualdad entre todos los equipos es evidente. Por tres únicos puestos compiten 22 equipos. La mayoría mejor preparados que el Real Zaragoza de Víctor Fernández. Decir lo contrario sería faltar a la verdad. No decirlo, también. Ascender a Primera no deja de ser una carrera de fondo en la que la constancia es la consigna que deben tener los aspirantes que quieran presentar su candidatura al ascenso. Víctor la presentó. Es momento de mantenerla.